De pronto...

3.9K 203 36
                                    


Los personajes que aparecen aquí son propiedad de Naoko Takeuchi, la historia es completamente mía.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.  

Hola a todas!!!

Volví, aunque sé que no con lo que esperaban.

Una pequeña idea que surgir y no quise dejarla de lado, espero que les guste y sigan teniéndome paciencia, por que aunque no han tenido noticias de mi, sigo escribiendo, solo que muy lentamente.

Espero que este les guste, serán solo dos partes pequeñas.

.

.

.

De pronto...

...Parte 1...

.

.

.

La vida nunca fue fácil para mí, y es en días como hoy en los que hago un recuento de cuanto me ha dado la vida, es cuando pienso en todo aquello.

Lo cierto es que al comienzo, la vida siempre me tuvo al filo, siempre justo en el borde de caer. La soledad fue un fuerte enemigo contra el que me toco luchar. Parecía que la vida se afanaba en someter toda la fe que en algunos momentos trataba con desesperanza de mantener a flote.

Porque a pesar de todo, siempre intente ver las cosas con optimismo, siempre intente que el cómo ocurrían las cosas no afectara mi ser de una manera irreversible, siempre me esforcé por ser yo, alguien de quien mis padres estarían orgullosos.

Pero justo hoy, aquí sentado en mi enorme y pulcra cama, dejando pasar los minutos, pienso en todo lo que la vida me obligo a aceptar.

Nunca me he considerado una mala persona como para que la vida se ensañara conmigo como lo hizo en algunas ocasiones, claro que tuve mi único y sin igual desliz, por el que casi arruino la maravillosa oportunidad que termino regalándome la vida.

En primer lugar, el simple hecho de haber quedado huérfano a los seis años, a esa edad eres demasiado joven como para haber insultado al destino y este te dé una especie de lección.

Bueno y eso de la lección, es porque platicando en alguna ocasión con uno de mis amigos, me hablo de aquello del Karma, y de aquello que haces siempre se te regresa... o algo así.

Tal vez en mi caso fue al revés, el destino sabría que debería pagar por algo.

El caso es que no creo haber hecho nada que ofendiera a nadie, al menos no durante mi niñez. Aunque por supuesto, más tarde, descubriría que aún faltaban cosas que conocer y que aprender.

Y creo que todo comienza justo en ese instante, cuando me quedo solo, afrontando el hecho de ser huérfano...

Cuando tenía ocho años conocí a un joven, no puedo decir que me enamore perdidamente de él, porque él no era mi tipo, pero el cariño que llegue a sentir por él era muy cercano al amor, uno que supongo era como el que se le entrega a un hermano, aunque yo lo veía mucho más que un hermano.

Fuimos amigos largo tiempo, inseparables y tan íntimos que nos contábamos detalle a detalle nuestras vidas... si, bastante encantador.

Pero entonces, un día, justo después de su cumpleaños dieciséis me dijo que se marchaba. Y no era algo que él quisiera o que el pudiera manejar; sus padres lo estaban obligando a irse a Londres por cuestiones de trabajo de su padre.

De pronto...Where stories live. Discover now