>>¿Por qué con él? <<

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Faltaban pocas horas para que un atardecer sucediera, y mientras eso pasaba Rayden y Carla estaban en un parque de juegos, sentados en unos columpios muy viejos y oxidados en donde dejaban muchas veces que el tiempo pasara sin hacer algo productivo realmente.

-¿Una reunión?, ¿Para qué?-. La castaña miraba hacia el suelo mientras se balanceaba en el columpio. 

-Escuche que Rick cambiaria algunas cosas en Alexandria, después de lo de Negan él ya no esta apto para seguir con el liderazgo, así que Grimes ahora será quien dirigirá, de eso tratara la reunión, creo. ¿Tú iras?

-No lo sé-. Respondió cortante.

No era un buen día para ella, de hecho para nadie, pero Rayden siempre trataba de levantar su humor, después de todo era su novia, ¿No?

-Podrías pensarlo, yo estaré ahí, me sentiría extraño, ya sabes, mucha gente y ninguna que te agrade o conozcas-. Él levanto una ceja mientras miraba hacia la nada.

-Iré- Soltó de prisa-. ¿Cuándo es?

-En unos dos días, aún falta...- Rayden levanto por fin la vista y se percato de la fuerte luz que emitía el sol-. ¿Nos vamos?, podríamos llegar temprano si lo hacemos ahora.

Le extendió la mano para que Carla se parara del columpio, ella asintió sin decir nada, pero con una sonrisa le basto a Rayden. Ambos comenzaron a caminar hacia Alexandria mientras pateaban pequeñas rocas que se le cruzaban en el camino y trataban de ver quien era el que lanzaba la roca más lejos, ya casi no se solían ver caminantes que amenazaran su tranquilo recorrido, ya que en todo el tiempo que las personas llevaban en Alexandria se encargaron de despejar por lo menos un buen tramo del lugar en donde estaban.

¿Cuánto tiempo llevaban de relación?, puede que más de seis meses, así como también podría ser menos. Uno ya no solía contar los días en los que cumplían cierto tiempo de relación, y los cumpleaños  no eran la excepción.

Un poco después llegaron a Alexandria con aun un poco de luz, y en cuanto lo hicieron Carla dio media vuelta para ver a Rayden directo a los ojos. Ambos tenían sus ojos color verdes, claro, de diferente tono, ella con un verde más intenso, y él con uno más claro. Pero aún así ambos tenían ese brillo que hacían que sus ojos cobraran una gran belleza propia.

Siempre hacían lo mismo casi todos los días, y al llegar la noche por fin se separaban. Esta parte no les entusiasmaba demasiado, pero pasar el día con la misma persona a veces era cansado, y los dos se lo tomaban como un respiro.

-Te... ¿Te veo mañana?-. Balbuceo ella un poco nerviosa mientras en lo único que pensaba era en que necesitaba irse realmente de ahí.

-Claro-. Él le dedico una sonrisa y se acerco a ella para besarla pero ella se aparto.

Carla pudo notar la molestia, pero ella sólo entendía el porque del rechazo.

-Hasta mañana-. Siguió caminando adentrándose cada vez más en Alexandria.

-Te...- Trato de gritar pero se interrumpió así mismo al ver que quedaría como un idiota si lo gritaba, porque ella ya se había ido- Amo -. Susurro casi para él.

A Rayden siempre le había molestado eso de Carla, siempre se iba de ese modo sin decirle ya tan siquiera un "Te quiero", pero era algo que era pasable, al menos para él.
Así que tratando de borrar ese mal momento se fue para una casa que estaba asignada para él en ese lugar.

° ° °

Carla ya calmada se dirigió a la casa a donde siempre iba después de terminar el día con Rayden. 
Nunca le había gustado a ella despedirse de él, y mucho menos contestar cuando le decía un "Te amo", sentía una gran presión y sólo escuchaba la palabra "Huye" hacer eco por toda su cabeza de una forma muy intimidante.

Llego a la casa pero prefirió escalar directamente a la ventana que daba hacia la habitación de la persona que quería ver. Golpeo repetidamente la ventana con delicadeza esperando alguna respuesta. Las cortinas estaban corridas, pero la luz se veía encendida. 
Espero unos segundos, hacia frio afuera, y ella no contaba con nada que le cubriera los brazos, ya que sólo traía una simple blusa. Estar trepada en una casa no era de las mejores ideas, pero tampoco lo era tocar por la puerta y que Rick, el padre de Carl te llenara con preguntas, condiciones, advertencias, como: "¿Qué quieres?" "¿Qué harás ahora?", "No pueden salir de casa sin decirme que harán", "No le llenes la cabeza de mierda a Carl". Sólo después de eso la dejaba entrar.

Carl abrió la venta y se fue a sentar directamente al borde de su cama mal humorado. 

-¿Qué haces aquí?- Espetó mirando hacia la nada.

-Siempre vengo aquí al final del día, no veo la razón por la que no debía hacerlo hoy-. Respondió ella entrando mientras cerraba la ventana.

Digamos que ir a ver a Carl era parte de la rutina diaria de la castaña, uno de sus momentos más esperados al terminar el día. Aunque Carl siempre se mostrara cortante por saber quien era la persona con la que ella pasaba todo el día, pero después de unos minutos Carla lo hacia olvidarse de ello para platicar y reír.

No había nada entre ellos dos, o al menos nada que sobrepasara a sus sentimientos.

-Serás ahora el que dirija Alexandria, ¿Estas preparado?-. Ella se dejo caer en su cama mirando el techo.

-No. 

-¿No?-. Frunció el ceño mostrando confusión.

-No, yo no lo pedí así- Protestó él para luego hacer una pausa-. Supongo que sólo lo rechazare...

-Has lo que tengas que hacer- Se encogió de hombros y giro sombre la cama hasta quedar a lado de él, quien sólo le sonrió y aparto la mirada.

-Siempre que...- Carl se interrumpió así mismo como si tratara de buscar las palabras correctas para formular su oración-. Siempre que vienes pienso que es un error abrirte la ventana. 

-¿Por qué?

Carl ya iba a empezar a hablar cuando escucho como golpeteaban la puerta. Ambos intercambiaron una mirada la cual era "Carla, debes irte". Ella salió con cuidado por la ventana dejando a Carl solamente en la habitación.

Hizo un  movimiento circular con sus hombros y luego abrió la puerta-. Papá... 

-¿Interrumpo algo?

-Para nada- Carl relajo los músculos al sentirse nuevamente seguro -. ¿Necesitas algo?

-Si, a ti-. Soltó mientras se posicionaba frente a él con gran trabajo, ya que aún no se acostumbraba a caminar con un bastón.

-Si es para lo de la reunión ya te dije que no iré-. Hizo una mueca, trataba de no ser o sonar grosero, pero el tema lo tenia cansado.

-Carl...- Alargo su nombre y volteo a ver a su hijo, pudo notar su mirada molesta así que evitaría al menos ese tema, aún que ya lo hubieran hablado cientos de veces, y la mayoría terminara mal, el chico no lograba entenderlo-. De cualquier modo... No vine sólo por eso, esto es, más sencillo.

-¿Qué es?

-Mañana, por la mañana necesito que vayas por algunas proviviones a otra comunidad, Hiltop, con Rayden, ¿Lo entiendes?

-Claro que lo entiendo... Pero, ¿Por qué con él?-. Hizo un movimiento de enfado con sus manos.

Grande tenia que ser su suerte de Carl para que le tocara tener que convivir con quien no soportaba a veces si quiera escuchar su nombre, pero el hecho de que el lo acompañara no significa que deba entablar una conversación, ¿O si? 

Al final accedio a lo que su padre le dijo y vio impotente como este se retiraba de la habitación.

Carl pateo el bote de basura que tenia a un lado de él. Estaba furioso, más de lo que se notaba a simple vista, pero trataba de controlarse. Carl tenia sus razones para estar asi. De todas las personas que habían en Hiltop, ¿Por qué con él?







Raycarl [Carl Grimes & Rayden] #RiggersAwards2018Where stories live. Discover now