-IV-

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—Él no es Adrián —dijo Claudia entre risas—, es Laura, la mascota de Adrián.

—Laura —pronuncié su nombre, y sonreí con encanto. Era hermosa. Su pelo blanco lucía tan esponjoso como las nubes, tan similar a como lo tenía mi amigo Mino. No creí que tendría la oportunidad de conocer a otro Bonny en mi vida, que era la raza de mi compañero. Una raza que supuse extinta.

Era una de la razones por las que lo consideraba especial. Un perro esponjoso y blanco, sin cola. Tenía aires de conejo, justo de ahí venía el nombre por el que se les bautizó. Perros conejo.

A Mino también parecía agradarle. Se puso de dos patas para olerle la cabeza mientras meneaba su invisible cola. Laura lamió su ojo en respuesta. En ese momento morí de dulzura. Era amor a primera vista.

—Suban chicas —llamó Juan—, recogeremos a mi hermano en el camino.

Le hicimos caso y la van arrancó.

—¿A dónde fue tu hermano? —preguntó Claudia, usurpando el puesto de Laura.

—Olvidó algo de tú sabes quién. —Negó con la cabeza—. Se empecinó que no podría irse sin eso.

—¿Y qué es eso? —curioseó.

—Su plato de agua.

—¿Cómo estás, Elena? —pregunté bajito a la pelirroja sentada a mi derecha.

Hace poco terminó con su enamorado con el que estuvo por ya cinco años. Le resultó bastante duro enterarse que se había metido con su mejor amigo, Julián.

—Un poco mejor. —Suspiró mientras acariciaba la cabeza de Mino, apoyada sobre sus rodillas—. Por eso me apunté al viaje, me vendría bien un poco de distracción. —Curvó los labios.

Acaricié su hombro y sonreí al ver que Mino intentaba consolarla. Sonreí aún más cuando Laura apoyó su cabeza en mis rodillas. ¡Era tan adorable!

—¿Por qué le pusieron Laura? —pregunté mientras la acariciaba con la mano libre.

—El primer amor de mi hermano se llama Laura.

—Ou —es todo lo que pude decir.

—Han pasado más de diez años y como no la ha podido superar hasta ahora decidió adoptarla y proclamarla como su nueva novia —añadió.

Observé a Laura, quien me lamía la mano, era muy cariñosa.

—¿Eso te recuerda a alguien? —dijo Claudia, mirándome fijamente a través del espejo retrovisor.

Sin querer le eché un vistazo a Mino. Aparté de inmediato la vista hacia la ventana.

Yo me opongoUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum