Capítulo 27

470 74 112
                                    

Philip

Mi mamá pronto tendría al bebé, la llevamos esta mañana pues se sentía bastante mal, nos tenía a todos preocupados y cuando fue el horario de visitas, la sala de espera estaba llena de distintas figuras, mi madre siempre fue una mujer muy querida.

Esperamos ser los últimos en visitarla, de un momento a otro la habitación solo tenía a sus hijos, hermanas y esposo, la risa de los niños era el único ambiente, los adultos teníamos una gran seriedad.

Angélica estaba muy cansada, estaba sentada junto a mí, abrazando mi brazo, estoy seguro que era muy difícil para ella ser la única hija.

— Angélica... Philip...

Nuestro padre nos hablaba, tenía la voz medio rota.

— ¿Podemos hablar a fuera?

No teníamos otra opción, nos levantamos, Angélica seguía tomando de mi brazo.

— Yo sé que no pude haber caído tan bajo, meterme con una mujer más joven que su tía Peggy, me encargue de destrozar esta familia, pero quiero que sepan por mi propia boca como fue.

—¡Con nosotros no tienes que disculparte ni dar explicaciones!

Angélica estaba realmente furiosa, al principio, cuando se publicó el Panfleto solo se limitaba a llorar durante noche y día pero ahora, ahora era una llama de fuego, no podía dejar de gritar a mi padre de mala forma.

— Leímos el panfleto...

Me limité a decir apretando los puños.

— No había dormido en una semana, estaba débil, estaba despierto nunca han visto un bastardo huérfano mas necesitado de un descanso...

—- Cierra la boca...

— Extrañando a su tía Angélica, extrañando a su madre, fue entonces cuando la señorita María Reynolds entró en mi vida...

— ¡Cállate!

Esta vez gritó Angélica tirando se al suelo.

— ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate!

Yo me inque a su lado y seguido mi padre también lo hizo, mi padre y Angélica estaban llorando, yo no podía llorar, era el único con cordura en aquel momento.

— Cállate... Cállate... Cállate

Ahora lo decía murmurando, los tres nos quedamos abrazados.

— Lo lamento niños... Por mí culpa toda la familia a sufrido... Ustedes se merecen a un mejor padre.

— No eres tan mal padre...

Dijo Angélica abrazando con fuerza a mi padre.

— Eres un mal esposo...

Completé yo aún algo triste.

Puedo perdonar a mi padre... Mi madre ya lo ha hecho o lo está haciendo poco a poco.

— La siguiente visita de Elizabeth Schuyler Hamilton.

Dijo una enfermera.

Me levanté y fui a con mi tía, tomé a Will en mis brazos y entre a la habitación de mamá.

Theodosia estaba ahí, sonreí al verla pero ella estaba llenando unos documentos en una silla cerca de la cama de mi mamá.

Al principio se notó distante pero después se fue acercando un poco a mi madre y a mí.

Theodosia

Quería irme de aquel lugar, me acerque a la puerta y le hice unas señas a María para que entrara.

Ella pasó con bastante nerviosismo.

— Theodosia, ¿Podrías cerrar la puerta y acompañarme?

Dijo la señora Hamilton, hice caso y me senté en la silla donde hace un momento Philip había estado.

María se acercaba a la cama con bastante nerviosismo, inclusive temblaba.

En la habitación gobernaba un silencio desgarrador.

— ¿Por qué?

Dijo Elizabeth de una vez, había lágrimas en sus ojos pero ninguna salía de sus lágrimales.

La chica se rompió, empezó a llorar con una fuerza increíble.

— Lo lamento... Lo lamento tanto... Mi esposo me obligó a hacerlo... Si no lo hacía... Lastimaría a nuestra hija... El nos golpea a ambas y no tenía opción.

No tenía porque escuchar eso.

Eliza no decía nada más un par de lágrimas rodaban por sus mejillas mientras limpiaba estás con rapidez.

— No quería que mi hija fuera herida de tal forma... Cuando se publicó el Panfleto... Yo conté mi versión de la historia y la lleve a un periódico para que fuera publicado... Pero mi escrito se perdió y jamás fue publicado... ¡Lo lamento!¡No quería hacerle ningún clase de daño a su familia!

La chica se colocó a un lado de la cama de Elizabeth, la Señora Hamilton tomó su mano.

El perdón... ¿Pueden imaginarlo?

— Después... Yo... Él me trataba bien... Empezó a escribirme cartas...

— Te perdiste... El también me enamoró con cartas... Cada vez que veía sus ojos...

— El espacio parecía el límite.

Ambas se parecían tanto, habían caído enamoradas del mismo hombre, siendo denigradas por el pensamiento de un par de hombres.

Me sentía demás en esa sala, estaba algo incómoda, pero al mismo tiempo feliz porque había estado todo en orden.

—¡Se me rompió la fuente!

Caí en cuenta de que la vida es como el amor, llega en el momento menos esperado.

Abrí los ojos como platos y corrí en busca de el doctor.

—¿¡Señor Robert!?

Empecé a buscar en distintas habitaciones, pero no había ningún doctor, solo enfermeras.

Estás empezaron a preparar todo para el parto.

— Theodosia... Traerlas a tu primer niño al mundo.— Dijo Mamá Tiana.

Casi me atragantó con mi propia saliva.

— ¡Es mi primer día!

— En mi primer día retire un cuchillo de un estómago...

Ayudaría a parir a la madre de Philip...

Aún era difícil para mi asimilar todo, se llevaron a María fuera del cuarto y empezamos a hacer nuestro trabajo.

Mi nombre es Theodosia... Y no soy una poeta... Estoy nerviosa pero no puedo mostrarlo.

Empecé a ayudar a las demás enfermeras, se supone que el doctor llegaría en poco tiempo.

— Señoria Theodosia... ¿Puede quedarse a mi lado cuando esté en labor de parto?

Asentí colocándome a lado de ella sujetando su mano.

— Es usted una persona de tan buen corazón, ahora entiendo porque Philip la quiere tanto.

— ¡Theodosia!¡Corre antes que la cabeza salga!

Dijo Mamá Tiana, solté la mano de Elizabeth y me acerque a ayudar a las demás enfermeras.

— Avisa a su familia que está dando a luz... Después regresa aquí... Sería interesante que cortaras tu primer cordón umbilical.

Estaba algo histérica pero corrí de inmediato con los Hamilton y los Schuyler.

Cartas para Theodosia (Phildosia)#1Where stories live. Discover now