Capítulo 15

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-Dime la verdad Tabitha. ¿Qué sucedió?

Me encontraba en el despacho de Richard, sentada justo frente a él y mirándolo directamente a los ojos. 

Tony lo llamó en cuanto Gabriel perdió el conocimiento. No me interesaba en absoluto lo que llegara a pasarle a ese imbécil, pero estaba consciente que debía darle una explicación, solo que no estaba segura de decirle todo. No quería, no podía. 

-Simplemente se pasó de la raya conmigo, viejo. No necesitas saber más. 

-¿¡QUE NO NECESITO SABER MÁS? TABITHA, GABRIEL CASI MUERE Y TU ERES LA RESPONSABLE DE TODO. 

-¡PUES ME SABE A MIERDA! POR MI QUE SE PUDRA. -Me levanté de mi asiento, golpee el escritorio y tiré la silla hacía atrás. 

Por primera vez pude ver como el viejo me miraba con furia y levantaba su mano para golpearme. Juro por Dios que pensé que lo haría y en vez de huir como cualquier mujer lo haría, me quedé allí, retándole con la mirada y esperando aquel golpe que nunca llegó. 

Pude ver como trató de regular su respiración y calmarse. Nunca lo había visto así. 

-Tabitha... Puede que solo tenga un hijo legitimo, pero los veo a todos ustedes como si en realidad los hubiera procreado yo. No soy estúpido, ustedes se han peleado en diferentes ocasiones y nunca habían pasado de golpes y moretones en el cuerpo. 

Richard se acercó a mi y me tomó del mentón para que le viera. 

-Pues esta vez la cosa fue a peor. -Dije intentando alejarme pero él me detuvo. Me sentía pequeña frente a el, tal y como me sentía las pocas veces en las que mi padre me regañó en el pasado. 

-Tabitha, la bala ingreso en su miembro y salio por el testículo izquierdo, tuvieron que hacerle una reconstrucción genital de emergencia y una transfusión de sangre porque perdió mucha mientras tus hermanos decidían si llevarlo o no a un hospital y que todos nos fuéramos a la mierda. -Ok, si lo que el viejo buscaba era hacerme sentir mal, estaba obteniendo el resultado contrario porque esa noticia me encanta, me nutre. -Deja de sonreír, maldita sea. 

-Lamento molestarte con mi reciente felicidad. -Hablé lo suficientemente sarcástica como para que se alejara de mi. 

-Tabi, se que eres impulsiva y que a veces no piensas en las consecuencias, pero esta vez pasaste tu limite. ¡Lo has dejado estéril!

-¡Y A MI ME HA VIOLADO! -No pude aguantar más y exploté. Lo hice de la peor manera y me di asco por eso. Estaba llorando, estaba volviendo a soltar esas malditas lágrimas y a recordar todo lo que él me hizo. No me gustaba la debilidad que estaba sintiendo en estos momentos, nunca había sido así y no podía serlo ahora. 

-¡Maldición! -Intentó abrazarme pero en estos momentos mi mente era un caos y me alejé lo más que pude. Sentía que si alguien me tocaba me encontraría con la cara y cuerpo de Gabriel encima de mi nuevamente. -No voy a hacerte daño Tabitha, nunca lo he hecho y tampoco lo haré a estas alturas. -Negue y aún así me tomó entre sus brazos. 

Luché para que se alejara pero una parte de mi se sentía a salvo. Llegué a un punto en el que no solo dejé que me abrazara... Yo también lo hice. 

Lloré por lo que pareció media hora, pero fue suficiente para mi. 

-Lamento que hayas tenido que pasar por esto. -Habló con su barbilla en mi cabeza. -Nunca quise que te ocurriera algo así.

-Hace unos minutos te lamentabas por Gabriel. -Hablé tratando de eliminar ese molesto nudo en la garganta. -Deberías agradecer que no lo maté, porque en realidad es eso lo que se merece. Sigo sin intender cómo es que le quieres tanto teniendo a Marco contigo. -Me sequé las lagrimas. 

La Chica StormDonde viven las historias. Descúbrelo ahora