CAPÍTULO DUODÉCIMO

36 2 0
                                    

DOJIMA Y LA PRINCESA GUERRERA -- CAPITULO DUODÉCIMO
________________________________________________________________

Kaori se lanza de manera inconsciente junto con sus mercenarios, al ataque contra los Orcos.
Ella no sabe de cuán fuertes y rápidos son esas bestias.
El misterioso observador, preocupado por lo que ve, coje su arco, y monta a caballo, dirigiéndose con rapidez al encuentro de Kaori.
Mientras tanto, Kaori, abate al primer Orco con facilidad.
Creyendo que seria fácil abatir al resto, se lanza valiente contra el resto de Orcos.

Pero Kaori, es golpeada por sorpresa por un Orco que apareció de la nada, siendo desmontada de su caballo.
Ante su aterrada mirada, ve como un Orco de dimensiones inhumanas, coje su caballo, y lo devora de forma cruel.
Kaori quiere reaccionar, pero cuando se quiere dar cuenta, dos Orcos más le rodean, y con cruel sonrisa, se disponen a devorarla.
Kaori cierra los ojos, entregando su vida al cruel destino.

Se hace el silencio, y poco después, nota una ráfaga de aire, y acto seguido, un mortal alarido aterrador.
Extrañada, abre los ojos, y ve al inmenso Orco, herido de muerte por una certera flecha.
Los dos Orcos anteriores, yacen a su lado sin heridas aparentes.
Extrañada se reincorpora, y cuando mira al final del callejón, ve la galante silueta del misterioso personaje que la observaba anteriormente.

Ella cree reconocer esa silueta, pero no sabe de que.
Cuando intenta avanzar hacia él, este retrocede, y le dice..

- Aún no mi pequeña flor, aún no, y dicho esto, se va al galope, mientras Kaori se queda sola en la aldea.

De pronto se acuerda de sus compañeros, y sale en busca de ellos.
Poco a poco, descubre con horror, restos de lo que alguna vez, fueron sus leales compañeros de batalla.
Kaori, cae de rodillas, y comienza a llorar desconsoladamente por la estupidez que cometió, llevando a sus fieles seguidores, a una muerte segura.

Una mano, se apoya sobre su hombro, y ella llorosa, mira para ver quién es.
Es su más veterano mercenario.
Esta herido de gravedad, uno de sus brazos ya no estaba, y su pecho ofrecía una herida muy profunda.

- No llores mi niña, no tienes la culpa.
- Ellos eran muy fuertes, y nosotros fuimos muy confiados, concluye el veterano mercenario.
- Pero..
- Pero yo tengo la culpa..!!
- Estaba inquieta y ansiosa, y no medí el evidente peligro..!!
- Lo siento..
- Lo siento mucho, decía Kaori entre lágrimas.

- Por favor..! No llores.
- No quiero irme de este mundo con tu tristeza como recuerdo, dice el veterano mercenario.

Ella, intenta calmar su dolor, y mira de sonreír para él.
El mercenario agradecido, sonríe, y incando sus rodillas, se abraza a Kaori con su único brazo, y apoyando su cabeza en su pecho, dice..

- Gracias princesa, ahora ya puedo morir en paz, y dicho esto, cerró lentamente sus ojos, mientras ofrecía su ultima sonrisa, a la que él siempre consideró, su niña.

- Eh..!! Eh..!!
- No no no..
- Por favor..!! No me dejes..!!

Él falleció dulcemente en sus brazos, y Kaori lloró como nunca antes lo hizo.
Así estuvo un buen rato, hasta que finalmente, se quedó dormida.
Cuándo despertó, ella se encontraba recostada en una cama de una de las casas de la aldea.
Se levantó rápidamente, y cuándo salió al exterior, se dio cuenta de que en la aldea ya no quedaban restos de nadie, ni siquiera de su leal compañero de batallas.

Cuándo caminó un poco, entre asustada y curiosa, se fijó en un enorme jardín.
Cuando se acercó, descubrió con asombro, que todos sus hombres, fueron enterrados allí.
Pero cómo..?
Cómo en una sola noche, pudieron enterrar a todos sus hombres..?
Las preguntas se acumulaban en su mente, mientras iba acariciando cada una de las cruces allí clavadas.
En un árbol que se encontraba en el centro del jardín, había unas hermosas flores, y apoyada en el árbol, la espada del hombre que murió en sus brazos.

DOJIMA Y LA PRINCESA GUERRERA ( REEDITADA )Where stories live. Discover now