Reencuentro Vengativo

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En un suspiro ya me encontraba en el bosque, casi llegando al límite de Beacon Hills. Siempre he pensado lo que sería salir de aquí, cruzar esta línea y desaparecer.

Mi manada no me interesa, ya no. Antes los consideraba mi mundo pero yo les valgo poco. No les interesa si existo o no, si me va bien o mal, no son mi familia.

-La familia no se traiciona-mi voz sonaba más ronca de lo normal y mis manos ya empezaban a temblarme. Agarraba con desespero mi mano y analizaba ansioso mi pequeño tatuaje.

Ese tatuaje era un sello, en delicadas letras negras se encontraba las palabras "m.m", para nunca olvidarme de que soy un maldito Mikaelson.

Yo soy Mieczyslaw Mikaelson, traidor, asesino, hipócrita e imbecil hasta por los pelos.

-"La familia no se traiciona", Interesante frase ¿No te parece Mieczyslaw?- me gire lentamente con una mueca al escuchar aquella voz femenina sarcástica.

Su cabello rubio caía por sus hombros y en sus ojos verdosos faltaba cierto brillo, cierto brillo arrebatado por mí o Marcel.

-Rebekah-mustié-¿Que es de tu vida hermana?-una sonrisa malévola creció en su rostro y me estampo contra el árbol más cercano.

-Maldito traidor ¿Eso es lo que dices después de años y años?- sus ojos comenzaron a cambiar y sus colmillos salieron a la luz. Impresionado por su actitud, saqué mis colmillos y garras para luego cambiar los lugares, un quejido salió de su boca mientras la afixiaba y me lanzó una mirada de odio y rencor.

-No eres muy diferente a mí, acepto que los traicione, especialmente a Niklaus, pero tú no te salvas ¿Cierto?-.Mi voz se volvió sarcástica mientras dejaba ir a mi hermana y caminaba lentamente lejos de ella. Me di media vuelta y visualicé a la dulce Rebekah avanzando hacia mi persona con odio y confusión.

Corrí con mi súper velocidad hacia el centro de Beacon Hills, supongo que ella no intentará nada cuando esté frente a medio mundo.

Llegué al loft de Derek lo más rápido que mi velocidad me permitía, sentía el corazón de mi hermana cerca. Solo espero que no vengan Niklaus y Elijah.

Abrí la puerta y entre para luego encontrarme a casi toda la manda ahí parada mirándome con confusión y rencor.

Vaya, parece que todo el mundo me odia y me tiene bastante rencor. Si que he ganado enemigos, esta vez me he pasado.

-Stiles-susurró Lydia para mirarme y luego cambiar la vista quedándose muda.
Giro mi cuerpo preparándome para ya sabiendo lo que tendría que afrontar ahora.

Ahí estaban todos. Elijah Recostado sobre una pared y Rebekah en una esquina analizando a todos con una mirada matadora Claro, Freya alejados de todos preparándose para lastimarme. Cuando de repente aparece un cuerpo en las sombras.

-¿Me extrañabas?-Niklaus dejó la frase sin terminar para luego pronunciar con burla la siguiente palabra-Mischief.
Mi corazón se partió al escuchar ese nombre, solo mi familia solía llamarme así, mis queridos hermanos.

Me quedé callado y sentí una presión en mi cuello, era Freya la cual usaba su magia para tirarme contra una pared mientras un dolor puntante se hacía presente. Un grito desgarrador salió desde el fondo de mi garganta y mis oídos ya empezaban a sangrar al igual que mi nariz.

Antes de que mis ojos se cerrarán al no aguantar tal dolor, pude observar como Niklaus se acercaba delicadamente hacia el alfa ojiverde. Con mis ultimas fuerzas susurré delicadamente.

-Derek-mis ojos se cerraron completamente y con mi última imagen en mi cabeza de Klaus acercándose al alfa, mi alfa.

M.M   {TWxTO}Where stories live. Discover now