El beso que jamas te dí❤

NO PUEDO...

-¡HE DICHO QUE ME DEJÉIS!¡NO VOY A VOLVER AL INSTITUTO!

Cuelgo el móvil y lo lanzo lejos de mí.

Agarro la sábana y me escondo dentro.

-Joder...¿Que haré ahora?-digo en voz alta aunque no haya alguien para oírme.

Al ir al día siguiente de la ceremonia los rumores sobre lo ocurrido  seguían y no cesaban, escribían nuestros nombres dentro de un  corazón y nos metían notas de amor falsas en el casillero,no lo aguantaba más.
Desde ese dia decidí no volverme a presentar al instituto por voluntad propia aunque eso supusiese tener que pagar los gastos del  pequeño apartamento. Claramente los profesores se lo han comunicado a mis padres y estos me han estado petando el móvil a llamadas.
Llevaba todo el día ignorándolas hasta que he explotado y les he gritado... seguro que después de eso ya no me pagarán más el alquiler.... Mierda... Pensar en la responsabilidad que supondrá todo eso me ha venido un dolor de cabeza increíble... Tocó mi frente, será fiebre.

Me destapo y me dirijo a la silenciosa cocina dando tumbos. Noto el frío suelo en los pies.

Llego a la cocina, y me voy hacia la alacena, rebusco entre los botes de medicina,hasta que cojo el que necesito.

Cojo un vaso del lavavajillas y lo pongo debajo del grifo, esperando a que se llene.

Mientras, vuelvo a la pequeña sala de estar en busca de la manta para envolverme en ella,un escalofrío recorre mi cuerpo. Cojo de paso el termómetro.

Ding Dong~~

¿Serán mis padres?

-¡Ya voy!-le grito a la persona que está al otro lado de la puerta.

Me dirijo hacia ella y la entorno un poco para ver quién era.

Y le veo... Tenía que ser la persona a la que menos quería ver,Kumazawa.

-Hol...- saluda él

Hago amago de cerrar la puerta, el lo ve venir y pone el pie en medio impidiendo que la cierre.

-¿Así recibes a una visita?- dice el algo dolorido por el golpe del pie.

-Es tu culpa por poner el pie en medio.

-El caso es......-dice abriendo la puerta y acercándose a mi- que quiero que vuelvas al instituto.

DEMASIADO CERCA. Me estoy poniendo más roja de lo que ya estaba por la fiebre.

-¡A-aléjate!- le gritó mientras le empujo. Pero el efecto no es el deseado y yo me tambaleo hacia atrás mientras él sigue de pie.

Caigo al suelo y todo se vuelve negro.

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PV de Yuuta

Había ido a casa de Yui por petición de el profesor, la verdad es que seguro que por lo rumores el había pensado que yo era el más adecuado para ir.

Fuí a su casa al salir de clases, vivía en un pequeño apartamento en el centro de la metrópoli, muy lejos de donde vivo.
Llamo a la puerta y su voz me contesta al otro lado de la puerta.

-¡Ya voy!-responde.

Entorna la puerta y se asoma.

-Hol...-saludo.

Rápidamente intenta cerrar la puerta, pero yo no he ido hasta allí para que ahora me cierre la puerta en mis narices así que pongo el pie en medio de la puerta para que no la pueda cerrar.

-¿Así recibes a una visita?- digo algo dolorido e irónico.

-Es tu culpa por poner el pie en medio- dice enfadada.

-El caso es......-abro más la puerta y por alguna razón siento la necesidad de acercarme a su cara- que quiero que vuelvas al instituto.

-¡A-aléjate!- grita sonrojada.

Yui me pega un empujón, pero lo hace de una forma tan débil y adorable que lo único que consigue hacer es que ella misma caída de rebote.

Se pega un cabezazo contra en suelo, haciendo que se quede inconsciente.

Me dirijo a ella, y observo que está muy roja y sudando, pongo la mano sobre su frente de tez pálida, está ardiendo.

-Tiene fiebre.- digo.

Le quito la manta y la llevo en brazos hasta su cama. La meto dentro y la tapo. Su expresión indica dolor, el sudor le cae y tiene un color rojo intenso,le aparto los pelos del flequillo de la cara para que tenga la cara más fresca.

A lo lejos oigo el sonido de un grifo abierto y me guío por dicho ruido hasta llegar en una pequeña cocina, diviso el grifo, está llenando un vaso que ahora rebosa de agua. Lo cierro y derramo un poco de agua en el fregadero para que no esté llena al borde. Al lado, hay un bote de pastillas. Lo cojo todo y además de eso una toalla húmeda.

Vuelvo a la sala de estar y en la mesita de noche dejo el vaso con una pastilla a un lado. Le pongo la toalla húmeda en la frente. Cojo una silla y me siento a su lado.

La miro, está peor y más roja que antes. No soporto verla así...
Le tomo la mano y expresión se relaja, y una diminuta sonrisa aparece en su cara.
La destapo por deseo propio, veo su pequeño cuerpo encogido, hecho una bola, dos pequeños bultos en el pecho, una cara pequeña y redonda tapada por su pelo fino y negro.

De repente me doy cuenta de lo que estoy haciendo y no puedo evitar sonrojarme y taparla de nuevo.

-¿¡Que estoy haciendo!?- digo tapando me la cara. ¿Porque de repente me puesto ha mirarla de una manera tan...?-No es nada, da igual... De todas formas... Ella no me puede gustar...

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