AMIGOS

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AMIGOS. 


—¿Ni siquiera vas a luchar por ella? ¡¿Qué diablos te pasa?!—Te interroga a gritos Hermione, indignada mientras da vueltas por tu oficina tratando de tranquilizarse.

—Es lo mejor...

—¿Lo mejor para quien?— Se desesperó Ron.—¿Desde cuando eres un cobarde?

—No soy ningún cobarde— te ofendes de inmediato. No esperabas una reacción así de tus amigos, solo querías informarles de tu decisión, para que cuando llegara el momento no se sorprendiera.

—Entonces si no lo eres, ¡¿Por qué no peleas?! ¡¿Por qué dejas que te venzan?!

—Si Ginny lo quiere, yo no puedo hacer nada.—dices en voz apagada. Ahora ese tono es el único que puedes usar, en estos momentos eres indiferente a todo lo que te rodea.

—¡¡Pero Ginny no lo quiere!! ¿Qué parte no entiendes? ¡Ella te ha amado desde que tenía diez años!—Asegura Ron comenzando a perder la poca paciencia que posee.

—Eso es verdad, Ginny misma me lo confesó cuando comenzamos a ser amigas. Le gustaste desde el primer momento que te vio ¡¡Se enamoró de ti antes de saber que eras Harry Potter!!

No importa lo que tus amigos digan, tú sientes que sus palabras son huecas.

Eso termina con la paciencia de Ron, y es él primero en abandonar la oficina, no antes de decirte que eres un idiota de primera por dejar que su hermana se marche.

Hermione sigue ahí, toma asiento frente a tu escritorio y más calmada te dice:

—Cuando comenzaste a salir con Ginny en sexto me di cuenta de algo ¿sabes que fue?— Niegas con la cabeza con rapidez—Pues te lo diré. Me di cuenta de que por primera vez en la vida eras realmente feliz. Siempre te he visto rodeado de problemas relacionados con Voldemort. Pero cuando estabas con ella parecía no importarte, te veía sonreír y divertirte como si fueras un chico normal. Un chico normal sin ninguna profecía que marcará su vida, sin ningún loco de remate que tratara de matarlo...

No puedes negar aquello, es la pura verdad. En aquel mes y medio fuiste mas feliz que en toda tu vida y lamentaste mucho tener que terminar con ella en el funeral de Dumbledore, para mantenerla lejos del peligro.

—Por supuesto que era feliz—Aseguras—Ginny no es como las demás chicas. No es como Cho, que lo único que quería hacer era hablar de cosas que me traían malos recuerdos. Ginny no, ella jamás me ha hecho una pregunta de nada. Se da cuenta cuando algo me produce dolor y no quiero hablar de eso. Ella solo espera a que yo esté listo para decírselo. Me entiende como nadie y es la única que puede sacarme los problemas de la cabeza...

—¿Y si es tan perfecta para ti, por qué rayos no peleas para mantenerla a tu lado?—te insiste la castaña.

—Porque quiero que sea feliz.

—Pero...

—No Hermione, es mejor así. Ahora solo quiero aprovechar cada segundo que me queda junto a ella, no quiero desperdiciar el tiempo.

—¿Es tu última palabra?

—Es mi última palabra.

La castaña suspira ruidosamente antes de marcharse.

Y nuevamente todos tus problemas han nublado tu mente. Porque de no ser así, te hubieras dado cuenta de que tú mejor amiga ha salido de la oficina con un brillo inusual en sus ojos marrones. Un brillo que solo aparece cuando tiene la solución a un gran problema.

En la cuerda floja. Harry&Ginny (Viñetas)Where stories live. Discover now