Cigarettes after sex

• O N E •

I
"C I G A R R E T T E S"

-DESPIERTA DE UNA MALDITA VEZ, NIÑA!

Nada mejor que levantarse con esos gritos por las mañanas.

-Estupida niña floja.- gruñio mi padre para salir de mi habitación.

-Viejo idiota.- susurre.

Apoye las manos en mi cama para sentarme en ella, sople para quitar los mechones que se situaban en mi cara.

Así comenzaba otro día en mi problemática vida.

Me levante de mi cama con pocas ganas, para ponerme mi ropa negra habitual.

Una blusa negra corta, mis habituales jeans claros, y mi hermosa chaqueta negra.

"Hace calor, tendrías que dejar de usar esa chaqueta" repetía mi mejor amiga Sally cada vez que me veía con esa ropa.

Pero la verdad era que no hacia tanto calor, solo que a ella le gustaba llevar poca ropa, MUY poca ropa.

Me mire el espejo desgastado examinandome por completo.

-De todos modos...es lo mejor que puedo hacer.

Mire al espejo por una ultima vez, lamentandome por no ser perfecta como Sally o Melody, para luego salir de mi vieja habitación.

Llegando a la sala, donde se encontraba mi padre, tomando una botella de cerveza, con su camisa de Policía desabrochada, mientras que fumaba uno de sus cigarrillos.

-Buenos dias.- dije con algo de miedo, tomando una manzana.

-Ven a darle un beso a papa.

"Viejo asqueroso" pensaba cada vez que lo veía.

Me acerque a el, asustada, dejando un corto beso en su mejilla.

Toco mi cabello, como si sintiera cada parte de el, para luego empujarme bruscamente.

-Vete- dijo para volver el cigarrillo a su boca.

Salí de la casa sin otra cosa que decir.

Odiaba esta mierda.

Vivíamos algo alejados de lo que seria el centro de Derry.

Tenia que caminar bastante para llegar a la escuela, pero casi siempre encontraba a alguien que me lleve.

Iba caminando por la carretera vacía, hasta que un auto negro paso.

No me hizo falta intentar pararlo.

-Necesitas trasporte, señorita?

Un chico, unos años mas grandes que yo conducía el auto, llevaba unos lentes negros de sol y una camiseta sin mangas blancas.

Sonreí falsamente para luego subir al auto confiada.

Arranco su auto, mirándome cada vez que podia, aunque yo miraba a la ventana, viendo el camino.

-A donde vas, dulzura?

"Idiota" pensé.

-A la escuela de Derry.