PERFECT

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Dicen, que el amor es el arma más poderosa en este mundo, pero, también puede ser un arma de doble filo.

Tiempo atrás...

Una nueva misión para ambos sicarios se había presentado, acabar con un viejo que era participe en la trafica de armas y drogas, al parecer el desgraciado se había quedado con una gran parte de la mercancía y a sus jefes no les pareció a aquello, por lo tanto que les costaba eliminar a una mierda que solo les quitaba dinero.

-Banba tenemos un nuevo trabajo.

-No se ve muy interesante, puedes hacerlo tu solo Lin-lin.- habló con decepción el mayor sentándose con aburrimiento en su sillón.

-Claro que puedo hacerlo por mi cuenta Banbaka, solo que ese viejo sabe que van por su cabeza y aumento su nivel de seguridad por lo tanto es algo complicado acceder con el aunque no es problema para mi claro esta, soy un profesional después de todo.- recito con grandeza el rubio.

-Si Lin-lin se que eres grande, pero entonces para que me cuentas todo esto.

-Abra una fiesta esta noche y es la seguridad bajara, por lo que necesito asistir pero tengo que...llevar a una pareja.-un leve sonrojo invadió las mejillas del menor.

-Debiste decir eso antes, te acompaño después de todo las cosas aquí han estado muy tranquilas.- sonríe al ver aquel ligero sonrojo por parte del contrario-Te veo en la noche Lin-lin. 

El día paso de manera lenta para nuestros protagonistas ya que uno impaciente por que llegara la hora y tuvieran algo de acción, el otro moría de los nervios al no saber que es lo que usaría para aquella fiesta.

En el momento en el que el reloj marcó las 21:00 ambos se encontraron en la puerta del departamento.

-Te ves hermoso Lin.- habló con un pequeño toque de ternura Banba.

Esa noche Lin había optado por ocupar un vestido largo negro que tenía una apertura desde su muslo hasta su tobillo, mostrando unos tocones de aguja color rojo ,a la vez que mostraba una gran cantidad de su blanca espalda, su cabello se encontraba agarrado en una coleta alta que hacían resaltar los bellos aretes de diamante.

-Tu tampoco te ves mal Banba.

El mayor no tenía tantos accesorios pero eso no lo hacía resaltar menos, sus cabellos se encontraban peinados hacía atrás, y vestía un traje negro con una camisa color vino que combinaba a la perfección con su pareja.

-Nos vamos.- el castaño extendió su mano junto con una sonrisa.

-Claro.

La fiesta iba ser llevada a cabo en uno de los salones más lujoso de Hataka.

Las luces eren tenues, pero eso no apartaba el hecho de que muchos carros llegaban y que sus pasajeros vestían unos trajes que en definitiva eran caros.

Ambos sicarios lograron pasar si ningún problema, al llevar una invitación que en realidad era falsa pero muy bien elaborada.

Al entrar, el ambiente era muy tranquilo con música lenta y relajada, con parejas sentadas en la barra y otras en mesas que estaban colocadas al rededor del salón, dejando en el centro una gran pista de baile donde solo unas cuantas personas se encontraban bailando. 

Hasta que ahí lo vieron, a ese desgraciado sentando y bebiendo vino; en ese momento sabían que tenía que atraer su atención.

-¿Bailas?-susurro el castaño muy cerca del oído del contrario.

-No.

-Que mal, porque tendrás que hacer lo.

Banba tomo de la cintura a Lin, arrastrándolo hasta el centro de la pista; cuando ellos se encontraban ahí, inmóviles, una nueva canción comenzó solo que las luces eran casi nulas haciendo que el rubio alertara todos sus sentidos.

Desliza tu cuchilloWhere stories live. Discover now