Jamás... Jamás había oído semejante sonido provenir de mis alas. Dos golpes secos coordinados en uno solo, yendo a un ritmo cada vez más acelerado. Los latidos de mi corazón tampoco se quedaban atrás, acompañados con una irregular respiración. Nunca había volado tan rápido, de hecho, ni siquiera sabía que podía. No sé de dónde proviene la fuerza para mover mis alas ni me interesa averiguarlo, sólo quiero alcanzarlas, detener esta locura. Sea lo que sea que esté pasando, tengo que pararlo y llevar a Flor a un lugar seguro. Tengo que hacerlo, antes de que las cosas se pongan peor de lo que están. No quiero que nada malo le pase, no voy a dejar que nada malo le pase.
¡Sí! ¡Creo que las puedo alcanzar! Se mueven más lento, pronto te alcanzare. Oh, creo que algo le ocurre a Flor.
- ¡Flor!
Me cuesta creer que fue mi voz la que resonó en el aire. Esa desesperación, preocupación y temor no es algo propio en mí. Pero ahora es aún peor, ya que comenzó a moverse de nuevo, alejando una vez más a Flor de mi lado.
- ¡Jaz!
Fue como si su llamado atravesase mi alma. Nuevamente me vi dotada de una fuerza que no me pertenecía. Sólo por el deseo y la necesidad de alcanzarla.
Pero había algo que mirase desde donde lo mirase, no lograba encontrarle sentido. Algo además de todo esto que está pasando, me refiero. Y eso era el motivo por el cual Elena estaba haciendo esto. No es que la conozca, de hecho, hasta donde sé si me parece una persona capaz de hacer algo así. Siempre está molestando a los demás con su grupo de amigas. Las personas como ella, con ese aire de superior, de ser mejor que los demás y que eso le da el derecho de hacer lo que quiera con los otros, no soporto a personas así de ninguna manera. Sin embargo últimamente se ha mostrado amable conmigo, muchas veces en los tiempos libres quería conversar e incluso me ha ayudado en algunas cosas sin que yo se lo pidiera. Su cambio me pareció extraño, muy extraño, así que yo intentaba no prestarle atención y solo interactuar lo mínimo necesario para no ser descortés. Estaba a punto de aceptar que Elena podía realmente haber cambiado, un par de días más y sin duda le hubiese dejado de tratar con indiferencia. Por eso esto me desconcierta, se suponía que en realidad no era la persona que yo pensaba. Que era alguien buena en realidad. Mas no hay forma que una persona buena haga algo así, ni siquiera como broma puede ser visto esto. Y si de una broma se trata pues realmente me equivoque al pensar que Elena no era quien yo creía.
Si no se hubiesen detenido no creería posible el alcanzarlas. Elena es realmente fuerte y rápida, me cuesta mucho seguirle el paso al ritmo que va. Aún me falta para llegar a ellas pero es mi única oportunidad, si vuelve a moverse la distancia que nos separa volverá a crecer y no estoy segura si luego podre reducirla.
- ¡Flor! ¡Elena por favor detente! ¡Es peligroso!
Nuevamente mi voz me sonó extraña pero esta vez debido al cansancio. Se notaba a través de ella el esfuerzo al que mi cuerpo se estaba sometiendo. Y al igual que en mi voz, en mi cuerpo comenzaba a sentirse el cansancio de un vuelo tan repentino. Por si fuera poco el esfuerzo sobre humano que le exigía a mis alas, Elena comenzó a moverse de nuevo y yo también tras ella.
- ¡Florencia! ¡Elena!
Grité nuevamente en un intento de que se detuviera, pero mi voz me falló en parte debido a la falta de aire. La misteriosa fuerza que antes me había impulsado parecía que había desaparecido de un momento a otro. Me costaba mucho respirar y es raro que algo así ocurra aun a estas alturas, pero teniendo en cuenta que no estoy en mis mejores condiciones, que todo mi cuerpo me parece demasiado pesado y cada batir de mis alas me exige toda mi fuerza y concentración, no es difícil pensar que mis pulmones no filtren el aire particular y frio de aquí arriba como si no hubiese diferencia. Por si fuera poco Elena está subiendo cada vez más. No sé durante cuánto tiempo podre seguir desafiando la fuerza de gravedad que requiera más energía de mi parte para poder resistirme a ella y subir.
