Ya estoy en casa (lemon) +18

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Aviso: si te sientes incómoda con situaciones sexuales no leas este oneshot. Contiene sexo explícito y detallado.

Había sido un día muy largo para ti en el trabajo.
Nada te salía bien.
Pero, sinceramente, no es como que se te pueda culpar.
Te habías visto distraída por pensamientos no muy apropiados de tu novio Leo.
Sus labios sobre los tuyos, su torso desnudo, vuestros cuerpos pegados el uno con el otro...

En otras palabras, tenías ganas de Leo. Muchas ganas de Leo.
Y no ayudó que al llegar a casa oyeses gemidos provenientes del piso de arriba.

Se te pasó por la cabeza un segundo que Leo te estuviese engañando, pero era una idea estúpida, había jurado por el río estigio su amor incondicional hacia ti.
Además, los gemidos eran sólo masculinos.
Y créeme, ninguna chica que pasase una noche con Leo sería capaz de no gemir.
Dios, lo que ese chico podía hacer...

Subiste las escaleras más cachonda que nunca y te encontraste a Leo acariciando de arriba a bajo su duro y largo miembro mientras susurraba su tu nombre.
"Ahhh... Ah, Y/n, sí..."

Tenía los ojos cerrados, de modo que no se dio cuenta de que te mordiste el labio y entraste a la habitación hasta que dijiste "Eso es mi trabajo".

Leo de repente paró y se puso mas rojo de lo que le has visto nunca.
"¿C-cuando has llegado?"
Tú simplemente te reíste y te quitaste la blusa y la falda, quedando únicamente en ropa interior.
Esta vez fue él quien se mordió el labio.
Tú te sentaste a horcajadas encima de él, y le respondiste mientras llevabas tu mano hacia su entrepierna para acariciarla.
"No te avergüences, corazón, no deberías tener que hacer estas cosas"
Después de un corto beso en los labios fuiste a desabrocharte el sujetador, pero Leo te paró y susurró en tu oído. "Ese es mi trabajo"
En cuanto la fina tela cayó y dejó al descubierto tu pecho, empezó a masajearlo y gruñir. Mientras una mano trabajaba en un pezón y su boca en el otro, se deshizo de tus braguitas.
En ese mismo momento le tomaste dentro y comenzaste a cabalgar.
"Oh dios, y/n, estás tan mojada..."
Enterró su cara entre tu cuello y tu hombro.
Sus manos recorrían tu cuerpo, agarrándote los glúteos y los pechos o posándolas sobre tu cintura.
Leo gemía en tu oído, y tú en el suyo.
Continuasteis en esa postura unos minutos hasta que él decidió dominar.
Tú yacías boca arriba y Leo se posaba sobre ti.
Cada estampida de su pelvis sobre la tuya te hacía gemir su nombre.
El semidiós bajo su oído a la altura de tu boca, y casi sin respiración te ordenó: "Dilo otra vez, di mi nombre otra vez"
Un roce de su masculinidad con tu punto más sensible te hizo prácticamente gritarlo.
Pero él no estaba satisfecho todavía. Te quería completamente a su merced, quería que gritases a más no poder, así que aumento la velocidad y la fuerza de las estampidas.
Cogió tu pierna y la colocó sobre su hombro, asegurándole mayor penetración.
"¡Ah Leo, sí, j-justo ahí!" "¡Más rápido, más fuerte!"
Saber que era él el motivo de tu placer le satisfacía a niveles innumerables.
De repente sentiste una extraña sensación en el estomago, y sabiendo lo que significaba le alertaste.
"L-Leo, estoy a punto de..."
Gimió y te ordeno que lo hicieses. "Hazlo, hazlo por mí, sobre mí"
Y enseguida llegaste al orgasmo. Una sensación indescriptible. No querías que acabase nunca, y la descomunal sensación de placer hizo que soltastes tus jugos sobre Leo.
"Oh ¡dioses, Y/n! ¡Sí!"
Esto le hizo inclinar la cabeza hacia tras y gritar tu nombre, corriéndose él también sobre ti.

Al finalizar, os derrumbasteis
"Wow" dijo Leo.
"Sí, Wow"

Leo Valdez y tú - oneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora