Capitulo 13

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Emma al salir de rodaje caminó por el parque pasando desapercibida con unas gafas de sol enormes y los auriculares.

En un banco vio al camarero de anoche con la cabeza gacha. Se acercó poniéndose enfrente.

—¿Estás bien?

Levantó la mirada azulada, sus ojos le parecieron hermosos a la castaña.

—Ah sí, gracias—susurró.

Ella rió.

—No eres bueno reconociéndo—levantó un momento las gafas y le sonrió.

Tom enseguida sonrojado se irguió.

—Lo siento mucho Emma Watson, soy muy torpe—dijo nervioso. Eso la hizo reír tiernamente.

—No tienes porqué decir mi nombre completo, con Emma está bien—se sentó mirándolo. Tom la imitó—¿Qué te pasa?

—Al final me hecharon. Cuando tú y tu novio os fuisteis resbalé con el vino que había en el suelo tirando un plato de un político encima mía.

—Lo siento.

—Yo también, estaba muy mal aliñado—hizo una mueca y ambos rieron.

—Creo que deberías encontrar un trabajo donde no haya comida.

—Yo también lo creo—suspiró y la miró. Emma contuvo la respiración, era tan penetrante...al igual que Draco—¿Qué haces por aquí?

—He terminado de rodar hoy y te he visto.

—¿Y tu novio?

—Trabajando en sus empresas.

—He oído que tiene una hija—Emma asintió y sonrió de labios pegados.

—Atenea es muy dulce...pero su madre me tiene manía—soltó una pequeña risa—Se nota que ambos están enamorados todavía.

—¿Y no te duele?

—No. Pronto dejaré a Draco, ambos necesitan estar juntos por su bien y el de sus hijos. Sigo con él porqué bueno—se sonrojó—la prensa es muy molesta y...es bueno en muchas cosas...ya sabes...

Tom sonrió bajando la vista.

—Comprendo.

———

Atenea tenía una capa y una tiara de juguete. Servía el té a su osito, Hermione miró a Draco que se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.

—Toma papi.

—Gracias cariño—cogió su té y dio un sorvo. Era agua en verdad pero imaginación al poder.

—Mami toma, y también para Scorpius y Cygnus—le puso enfrente tres tazas.

—Cariño gracias, pero solo necesitamos una—puso una mano en su vientre—Ellos se alimentan de lo que como yo.

—¿Y no se quedan con hambre?

Hermione sonrió y acarició su cabeza.

—Tu no te quedaste con hambre.

—Pero yo era una.

—En verdad no—Draco dejó la taza en la mesa—Saliste de gemelo con el Sr. Abracitos.

—¿De verdad?—dijo asombrada.

—Draco no la confundas—regañó Hermione y miró a su hija—Lo dice porque tío Neville llegó a la sala con el peluche minutos después de que nacieras.

Atenea cogió a su peluche de oso rosa fuscsia que estaba en la silla de al lado.

—Yo te quiero igual Sr. Abracitos.

Solo una ...Mujer...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora