~•Lucha contra el Mundo•~

Un momento, ¿Qué?

Primeramente daré unas pequeñas características de donde viven Marina y Takechi.
Viven es una casa de 2 pisos.
Hay 2 cuartos, uno en el 2do piso y otro en el 1ro. Takechi duerme en el primero mientras que Marina en el 2do.
La casa tiene, como era de esperarse 2 baños. Uno arriba y el otro abajo.
La sala tiene una puerta que se dirige a la cocina, hay otra puerta en la cocina pero Takechi solo sabe de su existencia, mientras que Marina no. Esa puerta está tapada por la refrigeradora.
Una vez aclarado esto, disfruten el capítulo.
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La pelinegra estaba en la sala con su teléfono leyendo en "WoWpad", pero no historias románticas y eso, sino una "investigación".

-Entonces. . . ¿Tengo que tenerle respeto o sino me mata?, ¿A mí que me cree? ¿Un robot?- se quejaba la chica- Soy una humana, no un robot al cual no implementaron sentimientos.
Siguió leyendo, hasta que Marina vino.
-¿Leyendo como siempre?- su amiga le preguntó.

-Nah, como crees. Estoy viendo un vídeo con letras y sin imágenes, ¿No te das cuenta?- respondió sarcástica. Era obvio que ella leía, ¿Qué más iba hacer?. Bueno a parte existir, respirar y todo eso.

-De todos modos, hoy tenemos que salir- se sorprendió, la pelinegra tenía curiosidad, pero como dice el dicho: "La curiosidad mató al gato". Y ella estaba segura de que Marina era la curiosidad y ella el gato.

-Sea lo que sea, si tiene que ver con el desgraciado ese, no iré- dijo de mala gana, de hecho, no le importaba de quien se trataba de esa "salida". Pero le aburría el hecho de tener que caminar y respirar el mismo aire que otras personas respiran.

Es repugnante que respire aire de personas ignorantes, pensó.

-Tiene que ver con él, por mala suerte- Marina subía las escaleras en rumbo a su habitación- Saldremos a las 7 p.m- dicho esto, llegó a su habitación e ingresó dentro de ella.

Takechi miró la hora en su celular.

6:50 p.m

Solo faltaban 10 malditos minutos para ir.

Maldijo todo lo que sea podía maldecir y fue a su habitación.

Cuando entro vió que todo era un. . . . Desastre.

Bolsas de papas, botellas de refresco, su ropa sucia tirada por ahí, su escritorio con sus cuadernos abiertos, lapiceros que están dentro del cajón donde se supone que debe estar sus libros de trabajo y texto. . .

Le valió 3 kilos de reverendo pepino y paso por ese lugar al que hacía llamar habitación. Se puso cualquier cosa, y como decía, le valía, pero siempre le valía 3 kilos de reverendo pepino lo que pasaba a su alrededor. . . Algunas veces.

Se cambió de ropa y se dirigió a la sala para ver de nuevo la hora.

6:57 p.m.

¿Tan poco pasó?.

-Techi, ya es hora de irnos- Marina bajó las escaleras, se veía muy bien con el vestido de color turquesa que llevaba con sus balerina de color blanco y un moño del mismo color del vestido con bordes dorados.

-¿Eh? ¿Qué hora es?- Aunque haya visto la hora de si celular, no sabía exactamente cuánto pasó.

-Son las 7:00, vámonos- con la sonrisa que puso Marina, ¿Quien no quisiera ir con ella?. Fue una sonrisa tierna.

Fueron caminando, la pelinegra observaba el lugar donde pasaban, se veía calmado a pesar de que la noche estaba presente.

-¿No tienes frío?- Takechi preguntó a Marina.