Capítulo 11

1.5K 91 10
                                    

Tras hacerle una mamada a Nick, me meto en el baño y me doy una ducha rápida. Salgo y me pongo ropa cómoda, unos pantalones negros de algodón, una sudadera rosa y unas Converse blancas. Nick me espera en la puerta del baño.
—Me tengo que ir -dice mientras mira su móvil. Me mira a mi y me sonríe.
—¿Me puedes llevar? -le pregunto.
—Claro -me contesta con una sonrisa de oreja a oreja mostrando sus dientes perfectos y bien alineados.
—No sonrías así que pierdo el control -susurro.
—Piérdelo -esboza una sonrisa traviesa.
—Cállate -le pego de forma cariñosa.
Salimos de mi casa y vamos a su coche.
—¿No has venido en moto? -pregunto sorprendido.
—No -sonríe. Quiero presumir de coche -vuelve a sonreír.
—Eres puro ego -susurro.
—Es broma joder -sonríe metiéndose en el coche.
Me meto yo también en el coche. Nick me mira sonriendo.
—Me caes mal cada vez que sonríes -pongo los ojos en blanco.
—A mi me caes genial cuando te enfadas -me vuelve a sonreír y esta vez lo hace de una forma exagerada.
Le pego en la cara de una forma cariñosa. Se acerca a mí y me besa.
—¿Dónde te llevo? -me pregunta con un tono de voz dulce.
—A la cafetería de la plaza, he quedado.
—¿Con quién has quedado? -me pregunta Nick mientras arranca el coche.
—No te incumbe -le contesto para ponerlo celoso.
—Muy bien -dice seco y celoso.
—He quedado con Uxia idiota -le pego en el brazo con cariño.
—Te gusta hacérmelo pasar mal -susurra.
—Eres tú que piensas que te voy a engañar -le contesto.
Nick no me contesta. Le pongo mi mano en su nuca y comienzo a tocarle de forma suave y cariñosa.
—No tienes de que preocuparte porque no voy a engañarte -susurro.
—Yo tampoco te engañaré -susurra.
—Eso no me lo creo -sonrío.
Nick me lanza una mirada asesina.
—Retiro lo que acabo de decir -río y más tarde Nick se echa a reír también.
Llegamos a la cafetería. Me despido de Nick.

Estoy esperando a Uxia cuando recibo un mensaje de ella diciendo que no puede venir. Genial, ahora tendré que volver a casa. Comienzo a andar por la calle, paso por varios escaparates de tiendas, cafeterías y varios bares. Entro a un bar y me compro un paquete de tabaco. Al salir del bar, me enciendo un cigarro y continúo mi camino hacia mi casa.

Al llegar a casa me planto delante del armario y miro que ponerme para la cena de esta noche. Decido por unos pantalones estrechos de color negro, una camisa vaquera clara y una chaqueta de cuero negra. También me pongo unas botas. Me miro al espejo y me doy el visto bueno. Cojo el teléfono que lo he dejado en el escritorio, Nick me está llamando.
—¿No puedes vivir sin mi eh? -digo riendo.
—Más o menos -me contesta Nick entre risas.
—¿Qué estás haciendo? -pregunto y me dejo caer en la cama.
—¿Te acuerdas de la chaqueta de béisbol que te gustó el día que fuimos a comprar ropa?
—¡Claro que me acuerdo! Ojalá hubiera podido comprármela -suspiro.
—Pues te acabo de comprar una en negro. Espero que te guste.
—¡No jodas! -grito de felicidad. ¿En serio? -pregunto perplejo.
—¡Claro! -me contesta y más tarde empieza a reír.
—No tenías por qué hacerlo Nick -susurro.
—Calla, me apetecía y punto -contesta riendo.
—Eres increíble -susurro.
—Tú también -susurra.
—Tengo que colgar, me tengo que ir a la cena -susurro.
—No pasa nada, diviértete -me contesta.
—Hasta luego, te quiero -susurro.
—Te quiero -susurra y cuelga.
Bajo las escaleras corriendo y salgo de mi casa. Una vez fuera me paro en seco y pienso en lo que acabo de decir. Le he dicho "te quiero" y él me ha contestado con otro "te quiero". Sonrío y sigo andando hacia el restaurante dónde será la cena.

Al llegar al restaurante, pregunto por Martín Fernandez y me guían hasta donde se encuentran cenando. Martín ha conseguido una sala solo para nosotros. Se ha tenido que gastar una pasta. Al entrar, Martín me recibe con una sonrisa.
—Bienvenido -susurra mientras sonríe.
—Gracia por invitarme -le contesto sonriendo.
Acabamos de cenar y comienza la barra libre. A la cena han acudido sobre todo ex alumnos, la mayoría de bachillerato.
Me acerco a la barra para pedirme un ron cola. En la barra hay un chico de segundo de bachillerato. Me mira y me sonríe.
—Creo que eres el más joven de la cena -me susurra y comienza a reírse.
—Y tú el más gracioso por lo que veo -le espeto.
—Eres un puto borde -me contesta.
—Lo siento, solo me siento incómodo con tantos estudiantes y todos más mayores que yo.
—¿Quieres que salgamos fuera? -sugiere con amabilidad.
Acepto y nos dirigimos al gran balcón. No cierra del todo para luego poder salir. Me acerco a la baranda y me apoyo.
—¿Tienes tabaco? -le pregunto serio. Me he dejado el mío en casa -añado.
—Sí, toma -me da un cigarro.
—Gracias -le sonrío. Me enciendo el cigarro, echo el humo y lo vuelvo a mirar.
—Oye de verdad que siento lo de antes -le digo arrepentido.
—No te preocupes, todo está olvidado -me sonríe y se enciende un cigarro.
—Me llamo Jaye -le tiendo la mano.
—Soy Pol -estrecha mi mano y me esboza una pequeña sonrisa.
—¿Eres de segundo de bachillerato no? -le pregunto curioso.
—De primero, he repetido.
—Vaya bueno no pasa nada, seguro que conoces gente nueva -sonrío.
—Como a ti -me guiña el ojo. Me quedo mirándole de arriba a bajo. Pol es alto, de pelo castaño claro casi rubio y corto, ojos marrones, de cuerpo tonificado pero no muy musculoso y lo que más me gusta es, esa sonrisa traviesa de chico malote. Pol se acerca más a mí, no se como reaccionar.
—¿Te cuento una cosa? -me pregunta con una sonrisa en la cara.
—Sorpréndeme -sonrío y le doy una calada a mi cigarro.
—Siempre he querido liarme con un chico -me susurra al oído. Me quedo mirándole sorprendido, Pol sonríe y me guiña el ojo.

Mi mejor amigoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant