¿Acaso había escuchado bien? Ella había dicho "Titania". Ese nombre por el cual esa misteriosa voz la llamaba. Tsugumi apretó el agarre del mango de su espada. Avanzó unos pasos acercándose a la ventana rota y apuntó con su arma a la chica.
- Estoy aburrida de estar en la ignorancia, así que me vas a contar con pelos y señales lo que está pasando.
Marika soltó una risa nasal.
- ¿Y que si no lo hago?
- Probare que pasara si pongo un poco más de fuerza en esta espada.
Tsugumi le dirigió una mirada asesina, Marika la miró divertida.
- Yo estoy de acuerdo con ella - habló Raku poniéndose al lado de Tsugumi - también exijo saber que ocurre y sus razones para hacer todo esto.
Marika volvió a reír.
- No voy a decirles nada - sentenció- ¡Athos! ¡Porthos! ¡Aramis!
Tres figuras aparecieron enfrente de Marika en medio del aire. Eran tres sujetos, dos de ellos llevaban lo que parecían armaduras de la edad media y el del medio llevaba puesta una armadura de samurái, todas de color negro.
- Aseguren a Lysandre, yo me ocupo de Titania.
- Sí, mi lady - respondieron los armados.
Las tres figuras se desvanecieron en el aire. Con rapidez Marika desenfundó su espadín y apuntó a Tsugumi. Un rayo de luz naranja fue disparado de la punta del arma hacia Raku, Tsugumi por reflejo trató de bloquearlo y proteger al chico. Puso su espada en la trayectoria del rayo pero este se curvó como un látigo y envolvió a Tsugumi. Marika dio un tirón arrastrándola fuera del apartamento. Raku trató de agarrar a Tsugumi, pero tres figuras se materializaron a su alrededor. Sin saber cómo se escabulló evitando el agarre de los que estaban usando las armaduras.
Los tres desenfundaron sus espadas. Raku no tuvo tiempo ni de gritar el nombre de Tsugumi. Esquivó las armas filosas por un pelo sin ni siquiera saber de qué forma se movía.Una parte de él quería ver que Tsugumi estaba bien, pero una voz en su cabeza le dijo que ella sería capaz de lidiar con Marika. Sin dejar de evitar las espadas, se acercó a una ventana y la atravesó.
- ¡Ahora vuela! - se gritó a sí mismo. Hubo un momento en que pareció quedar suspendido en el aire y luego se precipitó hacia el vacío- ¡¿Por qué no puedo volar si lancé un rayo de energía por la mano?!
Algo rodeó su cuerpo y lo inmovilizó. Unas cadenas. Estas se tensaron y lo pararon en seco. La inercia hizo que se apretaran y estrujaran su cuerpo dolorosamente.
Luego le dieron vueltas y lo hicieron caer sentado en el suelo sin mucha delicadeza. Los tres armados aparecieron a su alrededor. El de la armadura de samurái tenía la cadena en su mano.
- Se buen hijo y quédate quieto - le dijo - no queremos lastimarte si no es necesario.
- Esa voz...- susurró Raku. Era ahogada por la máscara de la armadura, pero él la conocía muy bien - ¿Viejo? ¡¿Eres tú?!
Se escuchó una explosión en el cielo. Raku alzó su vista y vio a Tsugumi volando sobre un tigre hecho de hielo persiguiendo a Marika sobre su ave tricolor. Las dos se arrojaban ataques de hielo y fuego una a la otra.
- Deberíamos ayudarla - dijo otro de los armados. Su voz también sonó familiar.
- Opino igual - dijo el otro.
- No dejen que sus instintos de padre les nublen el juicio - ordenó el padre de Raku.
- Esperen un momento - gritó Raku llamando la atención de los tres - ¡¿ustedes son el señor Tachibana y el señor Kirisaki?!

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Amor en la eternidad
FanfictionPensaron que esa frase era solo cursileria. pensaron que ese collar y las llaves eran solo baratijas cuando en realidad eran parte de algo mas grande. Una maldición milenaria.