Introducción: Investigación del Pasado

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Fue divertido, realmente precioso el poder ver las sonrisas de todos, podría decir claramente que había sido una de las mejores experiencias que había tenido, uno de sus recuerdos más especiales que tenía guardados en su memoria... y en su agenda especial que en ese momento estaba en su regazo mientras se mantenía sentada en una de las tantas bancas solitarias de su Instituto mientras que la suave brisa primaveral ahora mecía su hermoso cabello rosáceo.

Era primavera ya, su cumpleaños estaba demasiado cerca, y sabía perfectamente lo que deseaba de regalo. Lo sabía con antelación y sabía lo que tenía que hacer pero quería disfrutar un poquito más de aquella tranquilidad que le daba el estar justamente debajo de aquel árbol mientras que la brisa seguía acariciándola suavemente. Y de pronto, se le pasó por la cabeza un recuerdo, uno sencillo, uno de esos que parecían no ser realmente importantes, pero que ella valoraba mucho. Una voz masculina pero llena de pereza y casi desinterés mientras que de fondo se escuchaba como el rebote del balón, amenizaba la escena.


.



─ Satsuki. ─ escuchó mientras levantaba su mirada de su carpeta, Estaba haciendo algunas anotaciones mientras que los jugadores estaban calentando con algunos tiros libres, por lo que sus ojos se fijaron en quien se había detenido frente a ella. Un chico, alto, de ojos azules que brillaban con una pereza inmensa y se le veía casi como desganado.

─ ¿Si, Dai-chan? ─ dejó el lapicero a su lado mientras abrazaba contra su pecho la carpeta,

─ ¿Qué vas a querer para tu cumpleaños? ─ directo, al grano, mientras la miraba con esos ojos que parecían querer cumplirle cualquier capricho. Ella, simplemente se quedó pasmada. Por supuesto que esperaba cualquier cosa, como una idea para escapar del entrenamiento, una botella de agua, un consejo, ¡Inclusive pensó en que le preguntaría por un programa de entrenamiento especial, No eso!

─ ¿A-Ah? ─ se quedó parpadeando casi incrédula.

─ En un mes es tu cumpleaños. ¿No?, quiero tener tiempo de la locura que quieras pedirme de regalo. No quiero que estés llorando como cada año ─ y le vio desviar la mirada con cierto hastío, llevando una de sus morenas manos a su nuca mientras ella le miraba. Ni siquiera le importó escuchar aquello de los lloriqueos, se quedó con el corazón alocado, alborotado. Conmovida. Y como toda chica sentimental que era, simplemente parpadeó, notando las lágrimas en sus ojos.

¿Cuánto hacía que el moreno no preguntaba por algo tan banal como eso?

Ah sí. Desde Secundaria.

Segundo de Secundaria, antes de que todo terminara... quebrándose.

─ Quiero verlos a todos felices... ─ respondió. Así de simple. Porque en ese momento, se le vinieron el rostro de cinco chicos aparte del moreno que estaba frente a ella. Cada uno tan distinto del anterior pero eran tan claros esos rostros, era como si los pudiera ver ahí, parados frente a ella, al lado del moreno que le regresaba una mirada interrogante, con una ceja levantada, interrogándola. Ella respondió con una sonrisa. ─ Quiero que estén felices, digo... los extraño... ─ terminó murmurando suavemente mientras apretaba con más fuerza la carpeta contra su pecho, bajando la mirada.

El moreno suspiró hondamente, de alguna forma lo sabía. Era flojo, holgazán y siempre quería hacer la vista de lado, pero lo sabía, lo podía ver, lo vio y no hizo nada. Quien más sufrió cuando el equipo se quebró, cuando el orgullo les ganó, en aquellos días cuando simplemente todo se congeló hasta fracturarse en miles de pedazos, fue precisamente ella. Momoi Satsuki.

El Análisis de SatsukiWhere stories live. Discover now