Implementación Práctica: Caso 1.- Órdenes Inocentes [Aomine Daiki y Sakurai Ryo]

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Por el amor de dios. Estoy... sorprendida. Esa es la palabra, estoy sorprendida. Agradezco MUCHISIMO todo el apoyo que le han dado a esta historia. Nunca creí que realmente llegara tan lejos, ni con tantas partes escritas -y por publicar todavía- y por sobre todas las cosas, tantas visitas, tantos votos, y aunque parezca poco, estar en el rangkin para mi significa muchisimo. Muchas greacias a todos ♥

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─ No quiero entrar al entrenamiento. ─ se quejaba el moreno mientras se dejaba caer en la azotea con total pereza, dándole la espalda tanto al castaño como a la chica. Ambos, solo suspiraron.

─ Aomine-san... ─ murmuró el castaño con suavidad.

─ Dai-chan, tienes que ir. ─ regañó la chica mientras subía las escalinatas para intentar hacer que el moreno se moviera. Fue cuando Sakurai frunció los labios en un suave puchero y elevó su mirada para conectarla con la de la pelirrosa.

─ Aomine-san. Le ordeno que vaya a los entrenamientos de toda esta semana. ─ le dijo desde el pie de la escalinata con los brazos cruzados y esa mirada enfurruñada que había aprendido a hacer desde algunas semanas atrás.

Bien jugado, Ryo-kun. ─ pensó Satsuki con una sonrisa.

─ ¡No puedes...! ─ Aomine se sentó de golpe para dirigir su azulada e indignada mirada hacia los ojos de chocolate del castaño encontrando que hablaba demasiado en serio. Maldita apuesta del demonio.

─ No tienes opción Dai-chan, una apuesta es una apuesta. ─ le susurró la chica.

─ A la mierda esa apuesta. ─ murmuró suavemente y se volvió a acostar sin importarle nada.

─ Oh, pensé que Aomine-san era un hombre de palabra. Parece que me equivoqué.─ la voz del castaño hizo que tanto Momoi como Aomine se giraron a verlo con ese mismo semblante enfurruñado, parecía estar entre decepcionado y haciendo un berrinche. ─ Bien, creo que me iré solo entonces. ─ dejó escapar un suave suspiro bastante ruidoso.

Satsuki levantó una ceja, si bien al parecer estaba controlando sus ganas de disculparse por como apretaba sus brazos cruzados, el que hablara de esa manera solo le hizo saber que estaba pasando demasiado tiempo con ella. O quizá solo había aprendido a usar el orgullo de Aomine a su favor.

Las apariencias siempre engañan.

─ Tks. ─ al escuchar como el moreno chasqueaba la lengua, se giró a verlo solo para alcanzar a notar como se levantaba y saltaba para caer frente al castaño. ─ Deja de poner esa cara. Maldición. Voy a cumplir tu maldita orden. ¿Ya?, no es que no tenga palabra, es que es un fastidio. ─ dijo casi con pesadez.

─ Aomine-san. ─ giró sus ojos cafés hacia los azules del moreno. Satsuki juró que había visto una conexión especial que le hizo soltar un suave suspiro de emoción, era como si quisiera ver la escena más esperada de toda una temporada especial entre sus personajes favoritos.

El Análisis de SatsukiWhere stories live. Discover now