Parte única

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Aporte para el evento: Día Blanco del Suirikumatsu

Los personajes no me pertenece, esta historia es sólo para entretener y sin fines de lucro.

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Reencuentro

Se conocieron cuando eran estudiantes, ambos estaban clasificados como parte del grupo de perdedores, él era un nerd y el otro un geek; con algunos amigos más sobrevivían el día a día de la escuela. No podía negar que lo que inicio como una simple camaradería se fue transformando en un sentimiento mayor; claro que, temeroso de arruinar todo se reprimió de dar un paso más allá.

Para el chico de anteojos color verde era una tortura ver la sonrisa del amigo que parecía vivir en su propio mundo sumido en la música.

Karl, como solía llamarle para evitar el nombre real que tantos problemas le causaba, era un chico estudioso y amante de la música, con bellos ojos azules escondidos tras un armazón grueso.

Lo que Choromatsu ignoraba era que el sentimiento era mutuo.

Un 14 de febrero fue citado en la biblioteca, un lugar nada romántico cuando recordaba. Aquel día, entre los estantes Karl mantenía sus brazos extendidos, sosteniendo con sus temblorosas manos un paquete verde con listón azul brillante y la mirada en el suelo.

Choromatsu podría jurar que el latido de su corazón sería escuchado por toda la escuela; nervioso recibió el regalo mientras el otro huía a gran velocidad.

Los días pasaron y el par de amigos mantenían cierta distancia, inseguros de cómo actuar. Ambos esperaban el día blanco para ofrecer u obtener una respuesta.

El 23 de febrero Choromatsu ya comenzaba a buscar un regalo para Karl; el 30 de febrero ya tenía en mente que comprar; el 2 de marzo conoció al hermano mayor de su amigo, un hombre alto con traje gris a rayas, corbata azul de rombos, sombrero y bufanda de color blanco, así como un largo abrigo gris claro, era una persona intimidante; el 8 de marzo ya tenía listo el obsequio; el 9 de marzo Karl no asistió a la escuela.

El 14 de marzo escucho el rumor de que Karl se había mudado repentinamente; ese día se quedó en la biblioteca con una pequeña caja azul entre sus manos.

Ni Choromatsu ni el resto de sus amigos volvieron a saber del amante de la música, simplemente desapareció sin dejar rastro, no obtuvieron respuestas de los maestros o vecinos.

El tiempo continúo pasando, cada integrante del grupo de amigos fue tomando rumbos diferentes, Choromatsu, pese a sus sobresalientes calificaciones, no logro continuar sus estudios; su padre murió en un accidente y su madre cayó en depresión por tal suceso, falleciendo después cuando el chico recién cumplía la mayoría de edad; se quedó completamente solo.

Sin familia ni amigos y con decenas de deudas encima, el joven de ojos color jade termino trabajando como okama en un bar cualquiera.

Choromi, nombre que le fue asignado, era de las más solicitadas en su trabajo, rodeada siempre por hombres de diversas edades y profesiones, sujetos la cortejaban cada día, pero si algo la distinguía era su "complicado" carácter, lo que los clientes amaban por ser un reto.

Pero no era que Choro gustara hacerse del rogar, simplemente evitaba ser lastimado como la primera vez, aquella ocasión que se enamoró en la escuela y el lindo chico simplemente desapareció.

En una noche cualquiera, con su peluca verde claro, vestido ajustado azul marino y zapatos a juego, Choromi paseaba entre las mesas llevando algunas copas, sin darse cuenta tropezó con uno de los clientes derramando una de las bebidas en lo que parecía un costoso traje.

ReencuentroWhere stories live. Discover now