La caída de los imperios

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Cuenta la leyenda que en el principio el planeta era liderado por hombres, dividiéndolo en reinos, con la única meta de convertirse más fuerte que los demás reinos cada uno diariamente incrementaba sus armamentos y soldados, al punto donde los recursos no satisfacían las necesidades de todos, el hambre empezó a castigar a los hombres. En esta incesante necesidad de fortalecerse ante la amenaza de una guerra imaginaria vivían en relativa paz, pero a pie de guerra todos los días, hasta el ligero aleteo de una mariposa podía iniciar una masacre sin explicación.

Un día simplemente exploto la guerra, solo ocurrió, los soldados rumoreaban en los campos que los reyes se cansaron de vivir. El mundo se volvió un caos, los verdes campos se tornaron negros quemados por el fuego de la ira del hombre acumulando cuerpos donde solían crecer hermosas flores, en los ríos fluía sangre y llovía fuego. El hombre mataba mientras lágrimas corrían por sus mejillas, mataba sin explicación, matar no calmaba el odio dentro de ellos, no calmaba el dolor y la tristeza que reinaba en esa época.

Los reyes de cada reino sufriendo al ver a sus hombres morir acordaron una reunión de todos los reinos con sus más sabios magos. Todos buscaban la manera de apaciguar ese dolor, cada rey coincidió en lo mismo, a pesar de poseer todo el oro del reino se sentían pobres, a pesar de estar rodeados de sus más fieles súbditos se sentían solos, al caer la noche sentían el frio de una vida solitaria, solo querían otorgar su tiempo a algo que no implicara destrucción, algo que pudiese disfrutar la vida junto a ellos, disfrutar de las riquezas, querían arte hecho carne.

Los magos decidieron crear un nuevo ser, el cual en sus ojos refleje la inmensidad del mundo, en su sonrisa las riquezas del planeta y en su comportar la inocencia perdida del hombre pero a pesar de todo esto puedan aprender todo lo que observe y repetirlo a su propia manera.

Mezclaron barro, material con el cual hicieron una forma humana, este material es inestable y le otorgará una piel suave, al estar a punto de deshacerse necesitara la ayuda del hombre para reformarse, así como este necesitará de ella para recordar la belleza de la vida. Rosas para que tengan un aroma adictivo muy distinto a la sangre que el hombre está acostumbrado a oler. Corazón de piedra para a pesar de las desgracias del mundo pueda levantarse y recuperarse. Le colocaron trigo para que posea un largo cabello que brille al contacto del sol. Perlas en los ojos para jamás dejar de verlas y soñar con ellos y en las frías noches contemplarlas en las estrellas. Manzanas en los labios para al probarlos saborear lo dulce de lo prohibido. Diamantes en los dientes de esta manera al hacerlas sonreír el hombre se sentirá más rico que poseyendo cualquier piedra preciosa. Y por último un poco de la magia de cada mago para ellas ser las únicas en el planeta de realizar la verdadera magia de crear vida.

Los reyes miraban la nueva figura orgullosos y ansiosos, mientras los magos sentían miedo. Los antes llamados magos se reunieron y advirtieron que este nuevo ser se ve frágil pero es capaz de recuperarse más rápido que el hombre, con una sonrisa puede dominarlo y controlarlo, la paz entre hermanos se acabaría y una nueva época nacería.

Las guerras terminaron, el hombre encontró paz, la vida se llenó de color y probo de la ambrosia de las que los dioses hablaban. Pero sin embargo una lucha nueva comenzó, la guerra de sus corazones encontrar ese nuevo ser que les haga sentir vivo, ese ser que comparta su visión de la vida o que la entienda y la cambie. Los reyes pasaron a hacer hombres comunes, las riquezas fueron compartidas y los que solían sentarse en tronos de oro ahora sonreían en el barro sintiéndose más ricos que nunca, porque ahora eran ricos en cuerpo y alma. 

La caída de los imperiosWhere stories live. Discover now