XV

101 10 0
                                    

La parca caminaba junto a Noor por las calles de Madrid que, a esa hora se veían hermosas.

Mucha gente corría y otra caminaba tranquilamente al igual que Noor y Rubén.

La parca guardaba consigo muchos secretos, que a la larga lastimarían a Noor. A pesar de ser una parca eso no implicaba que no guardaba secretos y un pasado totalmente oscuro, sino todo lo contrario, por ser una parca tenía más secretos que cualquier otro humano ya que él había vivido más tiempo que cualquier otro ser vivo en la tierra.

El cuerpo de Rubén se estremeció al ver el cuerpo de Carlota. Su primer amor humano por el cual había recibido un severo castigo.

A principios del siglo dieciséis, una plebeya que había sido torturada por robar una pieza de pan para poder alimentar a sus siete  hermanos había sido mandada como sexo servidora hacía el rey.

Una chica finamente hermosa que vestía harapos viejos y sucios a causa del fango ocultaba su belleza para evitar ser enviada al rey. Pero su trabajo había sido fallido, la habían atrapado.

Su belleza cayó a manos de la parca cuando la muerte del rey Felipe segundo, o como algunos lo llamaban "el prudente"  había sido llamada.

La parca había sentido algo parecido al amor cuando sus ojos se cruzaron con los de Carlota, pero nada tan parecido como lo que él sentía ahora con Noor. Su padre al enterarse de lo sucedido lo mando llamar y de sus alas lo despojó, su padre le había dicho que guardara su corazón para la chica correcta.

Nunca más volvió a ver a Carlota, y tenía estrictamente prohibido acercarse a ella o interferir con su vida, tres años después le fue notificada la muerte de Carlota, pero no sintió más que un pequeño pinchazo en el pecho.

-Hey, ¿qué sucede?- preguntó Noor con una voz tan dulce que calmo los sentimientos de Rubén.

-Na...Nada, sigamos.

Carlota paso de largo junto a él y su aroma quedó impregnado en la nariz de Rubén, un perfume con olor a cereza rociaba su cuerpo, pero debajo de todo ese perfume y el estremecedor olor a cigarrillos   en su cabello, el aroma de Carlota seguía siendo el mismo.

De pronto, las sombras invadieron la vista de la parca, estaba siendo llamado por el mundo de las sombras por sobre el de los humanos, él se negaba a ir para disfrutar de la compañía de Noor, pero la cicatriz en su espalda le hizo recordar quien era, un golpe a la realidad bastante duro, por unos instantes había saboreado sentirse como un humano.

-Noor- Rubén llamó su atención.

-¿Si?

-Debo irme, me están llamando.

El rostro de la chica se lleno de desilusión y se limitó a decir:- E...Esta bien.

La parca se esfumó convirtiéndose en cenizas, dejando a Noor parada en medio de la multitud.

La parca  había sido llamado directamente desde el reino de la oscuridad, lo que significaba una sola cosa, alguien bastante importante había muerto y debía ser remplazado por alguien que la parca conocía perfectamente, un viejo amigo que le enseñó a resistir el dolor y convertirlo en algo mejor, a pesar de tener menos de dos décadas en vida era bastante sabio y hoy se reencontraría con ese amigo que tanto anhelaba ver de nuevo. 

Parca »r.d.g« Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz