Conociéndote antes de Tiempo

Un futuro que llama antes de lo previsto

Han pasado casi seis meses de lo ocurrido con Joseph/Cartaphilus. Chise trataba de acostumbrarse a su nuevo brazo, el cual le fue otorgado por los reyes de las hadas, de hecho, se dirigía a la tierra de estos junto a Elías; como de costumbre, tenía que ir a revisión con Shannon.

  — ¿Crees que ya sea momento de quitar las vendas, Elías?— Preguntó ella.

  — Es posible, ya pasó casi medio año.— 

En lo que estos iban camino hacía donde estaba el portal, Chise logró ver un pequeño brazo sobresalir de entre unos arbustos. Esto la alarmó y avisó a Elías, quien la hizo retroceder para acercarse él. Miró entre estos y vio a una pequeña niña de cabellos rubios, la cual tenía un notorio golpe en su cabeza.

— ¡Dios míos!— La pelirroja rápidamente se acercó a la niña y la levantó como pudo. — ¿Cómo habrá llegado hasta aquí y en este estado?.— 

— Por lo que se ve, el golpe se lo debe haber dado con una de las piedras. Pero como dices, ¿cómo habrá llegado aquí?.—  

En eso, la chica siente algo recorrer su mano, al mirar se da cuenta que la herida sangraba. Tenían que socorrerla o podría morir.

  — Elías, la niña está inconsciente. Podemos llevarla con nosotros a la tierra de las hadas, no hay tiempo de llevarla a un hospital normal.— Le suplicó ella.

El mago pensaba que era mala idea, pero de verdad estaba perdiendo mucha sangre, así que no tuvo más opción que aceptar el pedido de Chise. Él mismo cargó a la niña y la cubrió con su saco, acelerando el paso. Ambos al entrar por aquél portal, comenzaron a llamar casi de manera desesperada a alguien que les ayudara.

— Vaya, ¿por qué gritan tanto?.— Oberon hizo presencia, cuando vio a la niña quedó en shock. Comenzó a guiarles rápidamente hasta la colonia de las hormigas donde Shannon les estaba esperando. — ¡Shannon, hay una emergencia!.— 

La albina vino lo más rápido que tuvo, puesto que también estaba atendiendo a los demás pacientes que tenía. Le extrañó ver a la pequeña niña que estos traían.

— Shannon, por favor... Está perdiendo mucha sangre.— Los ojos de Chise se cristalizaron, y la médica tomó a la pequeña y se la llevó para atenderla.

— Estará bien. ¿Dónde la encontraron?.— Preguntó el rey.

— Veníamos a la revisión de rutina y Chise logró ver el brazo de la niña sobresalir de entre unos arbustos.— Respondió Elías, tratando de calmar a su amada. 

La reina hizo presencia preguntando por lo ocurrido. Cuando su esposo le cuenta lo que la pareja de magos encontró, tomó las manos de Chise tratando de calmarla también; ella estaba totalmente asustada, no podía quitar de su mente la sangre cayendo de la pequeña cabeza de la niña. Se había olvidado por completo de todo lo demás, por lo que tuvieron que llevarla a otro lugar para que tomara asiento.

  — Ella es así, siempre termina preocupándose por lo que le pasa a los demás.— Mencionó la espina, cruzándose de brazos. Su ropa estaba cubierta de sangre, pero no le prestó atención.

El tiempo pasaba, y no había noticias del estado de la rubia. Oberon decidió ir a preguntar, Chise estaba entre los brazos de Elías, le hacían sentir segura y tranquila.

Ruth había salido de la sombra de ella, y se recostó a su lado. 

Titania estaba a punto de ir por su esposo y noticias de la niña, pero este ya regresaba junto a la médica.

Chise pegó un salto y se acercó a ellos. — ¡¿C-cómo está?!. ¡¿Estará bien?!.— 

— Tranquila, logré parar la hemorragia. Ella va a estar bien.— Le respondió Shannon tomándole de los hombros. Esto calmó a la Sleigh Beggy, quien volteó a ver a Elías y Ruth, sonriéndoles con total alivio.