Capítulo 23: Derritiendo el hielo

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Todavía atontada por los sucesos ocurridos, Shelly golpeó la puerta de su casa.

"¿Pero qué estoy haciendo?"

No tenía por qué golpear.

Entró despacio, en la sala de estar, Riley dormía en el sillón grande mientras que Aiden descansaba en un sillón individual.

Cerró despacio la puerta, y se dirigió hacia Riley. Se sentía como una villana al interrumpir su sueño, pero de verdad necesitaba su consejo.

—Pss... Riley... Despierta...

La joven se revolvió suavemente dejando salir un quejido de molestia.

—Riley... Despierta...

Ella abrió los ojos con pereza, se enfocó en Shelly y después de un largo bostezo, despertó.

—Shelly ¿Qué sucede? —dijo con voz somnolienta—. ¿Liam está bien?

Excelentemente bien.

—Descuida, está mejor que nunca, tanto que no tengo la menor idea de cómo se ha recuperado tan rápido. Necesito hablar.

— ¿Hablar? —dijo en un chillido.

—Shhh... —Le hizo un ademan para que hablara en voz baja—. Sí, hablar, cosas de chicas.

En un sólo instante, toda la pereza abandonó su cuerpo, Riley se enderezó abriendo sus ojos con sorpresa, una amplia sonrisa iluminaba su rostro. Shelly no entendía cómo podía estar de tan buen humor teniendo en cuenta de lo que estaba sucediendo.

Niños desaparecidos. Lobos al borde del colapso nervioso. El clan al borde de la guerra.

Y sin embargo ella sonreía.

Tomando su abrigo rosa del apoya brazos del sillón, Riley le hizo un gesto para que la siguiera. Salieron afuera, y ella habló, fuerte y claro:

—Aiden tiene el sueño más pesado que el árbol más grande del mundo. —Largó una risa—. Habla.

Meditó sus palabras por un momento, aún no podía creer que Liam, el Hombre de Hielo, la había besado. Le parecía algo irreal, una fantasía, una ilusión, y sin embargo todavía sentía algo de hinchazón en sus labios.

—Liam me besó —soltó de prisa.

La expresión de la mujer era magnífica, su boca se abrió de manera proporcional a la amplitud de sus ojos.

—No puede ser —murmuró luego de un breve silencio—. ¡Que me parta un rayo!

Entonces se abalanzó contra ella y la apretó en un fuerte abrazo, que le comprimió las costillas.

—No puede ser. No puede ser ¡No puede ser! —chilló emocionada.

Intimidada por la avalancha de alegría, Shelly sonrió.

La redención de Liam [Serie Ice Daggers 5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora