[ 𝘾𝙐𝘼𝙏𝙍𝙊 ]

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Las cosas buenas no duran para siempre y creo que debí aprender eso hace mucho tiempo...

Desperté con la noticia de que Lukas había tenido un accidente horas después de encontrarnos en la playa, me cambié rápidamente y salí corriendo de casa. Sentía como las lágrimas empapaban mis mejillas, pero no me detuve hasta llegar al hospital. Mi móvil no dejaba de sonar con las constantes llamadas de mamá, las ignoré por completo, ni siquiera tuve tiempo de hablar con ellos sobre ese estúpido internado.

Atravesé las puertas de la recepción y pude ver al padre de Lukas hablando con un médico. Él, al percatarse de que estaba allí, se acercó y luego me abrazó con todas sus fuerzas rompiendo en llanto sobre mi hombro, intenté consolarlo mientras lo escuchaba contarme que había sucedido: un coche había atropellado a su hijo cuando cruzaba la calle, el conductor del vehículo estaba ebrio y no recuerda muy bien el accidente. La ira no tardó en recorrer mi cuerpo y apoderarse de mí, quería encontrar a ese desgraciado, hacerlo pagar por todo lo que había hecho.

—¡¿Dónde está ese maldito?! —dije furioso—. ¡Voy a matarlo!

La mamá de Lukas tomó mi mano haciendo que me calmara un poco y me guió hacia una fila de asientos, las horas fueron pasando lentamente y seguíamos sentados en la sala de espera sin noticias. Estaba dispuesto a quedarme el tiempo que fuera necesario, no me iría hasta ver a Lukas y saber que él estará bien. No sólo me sentía angustiado y triste, también me era inevitable sentir rabia e impotencia en mi interior, mi mejor amigo podía estar muriendo y yo no puedo hacer nada más que esperar.

—Harry —escuché mi nombre a lo lejos.

Llevé mi atención hacia uno de los pasillos, él se hallaba allí recostado por la pared viéndome con una pequeña sonrisa en su rostro. No lo dudé dos veces y caminé hacia él acortando la distancia que nos separaba, sus brazos rodearon mi cuerpo y me aferré a estos sintiendo como las lágrimas volvían a deslizarse sobre mis mejillas.

—No quiero perderlo —sollocé.

—Todo estará bien —susurró acariciando mi cabello.

Sin embargo, aquellas palabras se sentían completamente vacías. Supongo que las sentía así porque muchas veces ya las habían usado para mentirme. Levanté un poco la vista sobre el hombro de Louis y me encontré con la mirada de varias personas, pero no tenía fuerzas para enfrentarlas o preocuparme por estas ahora, así que solo las ignoré.

Tres horas más y ningún médico o enfermera se acercaba a nosotros para informarnos sobre la cirugía, podía ver a los padres de Lukas caminando de un lado a otro rezando para que todo saliera bien y su hijo pudiera tener un día más de vida. Finalmente alguien se dirigió hacia ellos, presioné con fuerza la mano de Louis mientras los veía fijamente derrumbarse en mil pedazos.

Lukas murió después de pasar seis horas en el quirófano, su corazón estaba muy débil y no pudo resistir la cirugía.

[...]

Bajé del coche sintiendo cómo la fría brisa chocaba con mi cuerpo y despeinaba mi cabello, papá se acercó un poco para arreglar mi corbata pero no lo dejé y simplemente me alejé caminando por el gigantesco sendero que recorría gran parte del cementerio. Necesitaba estar solo hasta que llegara el momento de la ceremonia, así que dejé a todos atrás y continué con mi recorrido observando las lápidas que se encontraban a mi alrededor. Comencé a leer sus nombres además de las fechas que estaban escritas en algunas de ellas y me percaté de que varias de esas personas habían fallecido cerca de los noventa años de edad, después de una larga y espero que bonita vida.

𝙇𝘼 𝙋𝙀𝙍𝘿𝙄𝘾𝙄𝙊𝙉 / 𝙇𝘼𝙍𝙍𝙔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora