1. Una rosa, un dolor

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Año 1535

La vida es cuesta abajo o cuesta arriba, me lo han enseñado mis padres atravez de los años, crecí siendo una princesa con corazón según el pueblo, mis padres están orgullosos. Todo el mundo espera que yo gobierne pero.... ¿que hay que lo que yo quiero? Nadie me a preguntado eso, ellos ya tienen mi vida planeada, en estos momentos tendría que estar en el castillo con mi futuro esposo. ¿Que estoy haciendo? Facil estoy con el joven que se gano mi corazón.

- ¿En que piensas hermosa? - Pregunto Blaz.

- En nada Blaz, no es nada importante - Digo dándole una sonrisa.

- Tu sabes que a mi no puedes engañarme Francin - Dijo serio.

- Ya te lo dije, no fue nada - Sonrió y le doy un beso, el sonrie y no duda en seguirme el beso. Blaz Jovovich es el heredero del Reino vecino, con el que mis padres no han hecho tratados, el y yo nos conocimos mientras yo salía de caza, casi lo mato con una flecha.

- Me encantas, a pesar de que casi me matas - una sonrisa burlona aprecio en su rostro y yo rodee los ojos.

- No estaríamos aquí de no ser por esa flecha - Le enseñó la lengua y el besa mi mejilla, llevábamos tiempo saliendo a escondidas de nuestros padres, ellos no lo iban a aceptar, no con el Reino de los Jovovich.

Seguímos platicando, besandonos o jugando el resto del día, hasta que sabíamos era tiempo de irnos. Al montar mi caballo me di cuenta de un olor a quemado.

- Blaz.... - Dije y el estaba mirando el cielo, yo mire el lugar donde provenía y era mi castillo. - No puede ser - Dije y estaba apunto de emprender camino.

- No puedes ir, no quiero perderte - Dijo Blaz, yo me quedé helada ¿el lo sabía?

- ¿Tu estas detrás de todo esto? - El no dijo nada, comprendí al instante que significaba, el lo sabía todo este tiempo - Maldita sea Blaz - Dije y tiré de las riendas de mi caballo con dirección al Castillo. Esto no podía estar pasando, el me había engañado.

Tarde unos minutos en llegar a las puertas del pueblo y todo estaba incendiado o hecho polvo, añicos, personas gritando y corriendo de un lado a otro, todo era un caos. Apresure a mi caballo hasta llegar al Castillo, las cosas estaban peor, guardias del Reino de mi padre peleando con otros los cuales reconocía fácilmente, el Ejército de Jovovich. Comencé a lanzar flechas a estos abriéndose paso a dentro del Castillo. Todo era llamas y humo, no podía ver casi nada, abrirme paso fue difícil. Al entrar fui rápidamente con mis padres y los encontré, estaban mal heridos, mi madre tenia un corte en la garganta y uno en el abdomen, estaba muerta, mi padre por otro lado tenia una herida en el pecho.

-¡Padre!- Me acerqué hasta el, era peor de lo que imaginaba -¿Donde están Gisell y Max?- Pregunté por ellos, eran mis hermanos menores.

- Están.... lejos....- Hablo con dificultad, el poso su mano en mi mejilla -Sal.... de.... aqui.... hija.... mía - Empezó a cerrar los ojos y las lágrimas en mis ojos se empeñaron en salir.

-¡Padre! ¡No! Tienes que abrir los ojos - Esto sólo empeorará las cosas, con el rey muerto, sera un caos. - Por favor papá... -Dije llorando en su pecho. Llorar no arreglaría nada, tomé la espada de mi padre y comencé a caminar dispuesta a empezar a pelear pero alguien me detuvo.

- Apartate - Dije al ver que se interponia.

- Francin... No dejaré que lo hagas - Dijo con el seño fruncido.

The Soul of a DemonWhere stories live. Discover now