Teaching Feeling by Lukas

Parte 37 RECUERDOS...

RECUERDOS...

Me encuentro en mi tienda, ya casi estoy lista para salir, regularmente, no me aparto de mi cueva, sin embargo, esta es una ocasión especial, mi amiga va a celebrar su salida del hospital y lo más importante, el hecho de que va a dar a luz, me siento tan feliz por ellos, en realidad se lo merecen, los dos la han pasado mal a fin de cuentas por lo que sé.

Tomo mi bolso y me dirijo a la trastienda por un pequeño presente que les llevo, cuando escucho el sonido inconfundible de las campanillas de la puerta, salgo a saludar a mi cliente y a decir que se encuentra cerrado.

-Buenas tardes, Aurelia-

-Oh, pero si eres tú, no esperaba tu visita-

-Oye, que recibimiento tan frio-

-Es lo menos que te mereces después de lo que le hiciste a mi amiga-

-Yo no le hice nada, querida, por lo menos no de manera intencional-

-Idiota-

Nos quedamos en silencio, sinceramente, es la última persona que pensé que vería por hoy. Trae un vendaje en la mano, se ve, un poco cansado, ¿será que se encuentra borracho?

-Dime... ¿Qué te pasó en la mano?-

-Vaya, ¿será acaso que te preocupas por mí?-

Me doy por vencida.

-No seas tonto, sabes que siempre me voy a preocupar por ti, después de todo, es lo menos que puedo hacer después de... sabes de lo que hablo-

Mi tono de voz cambia, recordar mi pasado siempre es difícil, y siempre que lo veo lo recuerdo, sin embargo, sé que le debo, tal vez hasta mi vida.

-Tranquila, yo lo siento, no debería comportarme así contigo, perdona...-

Suspiro de manera profunda y cambio de tema.

-Entonces, ¿me dirás que pasó con tu mano?-

-¿Esto?, no es nada, tropecé al salir del baño y al caer quebré un florero o jarrón, no lo recuerdo, así que fui al hospital a que me vendaran, necesite puntos-

-¿Seguro, un florero?-

-Parece que todo el mundo hoy piensa que soy un buscapleitos-

-Ya relájate, te creo-

Tomo asiento en uno de los sillones que hay en la tienda y él se sienta de frente, parece que quiere hablar de algo, se ve un poco inquieto.

-Pero que modales los míos querido, déjame ofrecerte algo de beber-

-No debería, ya que me dieron pastillas-

-¿Entonces no quieres?-

-Dije que no debería, no que haría caso, por favor, sírveme una copa-

Lo dejo sentado y voy atrás de mi escritorio, ahí hay una pequeña repisa con licores y vinos, sirvo un trago de tequila derecho para él y yo me sirvo vino tinto, tomo las botellas y las coloco en la bandeja.

Le ofrezco su bebida y el la ve, después examina su aroma y al final se lo toma de un trago, supongo que es su costumbre, siempre hace lo mismo cuando le sirven algo, yo solo disfruto de un trago de vino.

-Dime Ferrum, ¿Cómo has estado?-

- Bien-

Me responde mientras rellena su trago.

-No es cierto-

Lo miro de manera fija y me sostiene la mirada.

-Yo podría decir lo mismo de ti Aurelia, ¿sabías?-