perdoname » ecko.

t r e c e

unos rayos de sol me quemaban el rostro, así que decidí abrir los ojos. me los refregué y bostece. suspiré y mire el reloj. doce y treinta y uno. mi cabeza me estaba matando. quise levantarme pero sentí unos brazos alrededor de mi panza. mierda. gire mi cabeza lentamente para encontrarme con la persona que menos quiero ver.

lo empuje y este cayó afuera de la cama, llevándome con el y cayéndome arriba de el.

—¿qué haces? —dijo enojado. me empujó y me golpeé contra la pared. un gemido de dolor escapó mi boca.

toque mi ceja y de esta salia sangre. me horrorice. lo miré asustada.

—andate.

lanzó una risa sarcástica y se levantó.

—ayer llorabas en frente mio y me decías que me extrañabas y ahora me echas loca, ponete de acuerdo.

—te extraño pero no te quiero en mi vida.

—créeme que yo tampoco —ahí partiste mi corazón a la mitad.

—sos una mierda, nacho —lágrimas bajaban por mis mejillas.

—siempre fui igual. vos te cegaste con la ilusión de que yo era alguien diferente. nunca te tomaste el tiempo de conocerme. date cuenta, belén, que los príncipes no existen. y si los hay, ¡ojalá tengas suerte! te mereces a alguien que te sepa entender. no a mí. pero bajate de la nube y viví la realidad.

y se fue, dejándome con una ceja sangrando y el corazón partido.

y como dije, esto es sólo el principio. las apariencias engañan, me dijo mi mamá. y nunca se equivoca.