El día después

320 24 3
                                    

Se fue.

Ya no está.

Acaba de salir por esa maldita puerta y no le puedo echar más de menos.

No tenerle a mi lado duele, un dolor de verdad. Siento que me va a estallar el pecho de un momento a otro. Necesito gritar pero no me sale la voz. Me cuesta respirar, duele cada vez que lo hago.

Me siento imbécil. Él no se ha muerto, estará bien. Pero no puedo evitar esta sensación. No sé qué le espera fuera y me da más miedo lo que pueda encontrarse de lo que me daría si fuera yo el que estuviera en su situación. Esta incertidumbre es lo que me está matando.

Todo está oscuro, todos duermen pero yo no puedo. No paro de pensar que a estas horas estaría hablando con él, intentando que nuestras carcajadas no despierten al resto. Estoy en su cama, con Nerea abrazada a mí. Cierro los ojos y aspiro su olor que me rodea, eso me tranquiliza momentáneamente hasta que recuerdo que no está, su calor no me abraza y siento frío. ¿Qué estará haciendo? Seguro que está dormido, ha sido un día agotador y después de ver a su familia seguro que ha caído rendido. Eso tendría que tranquilizarme, ¿no? El problema es que sólo es una suposición, que no tengo ni idea de qué ocurre. Si ya teniéndolo delante, a veces es imposible adivinar sus pensamientos a pesar de lo transparente que es, tener que suponerlos sin ni siquiera saber qué está ocurriendo es un suplicio.

No duermo en toda la noche, no me muevo para no despertar a Nerea y sigo llorando en silencio cuando empiezan a asomar los primeros rayos de sol. La presión en el pecho no ha disminuido ni un solo milímetro, de hecho ahora es peor. He superado, no con mucho éxito, la primera noche sin Raoul pero duele más sólo de pensar que ahora tengo que enfrentarme al primer día sin él, la primera semana sin él. Ya me había hecho a la idea de pasar con Raoul las Navidades en la academia y ahora tengo que meterme en la cabeza que ni siquiera sé cuándo voy a volver a verle. Me empiezo a agobiar sólo de pensarlo, no puedo seguir quieto, necesito salir de aquí. Aparto a Nerea con cuidado de no despertarla, me levanto y salgo de la habitación sin hacer mucho ruido.

Las luces están apagadas y la oscuridad parece correcta para acompañar mi estado de ánimo. Vago por la academia sin rumbo fijo, confirmando que cada rincón me recuerda a él. Paro frente a un espejo y no puedo evitar que un lado de mis labios se alce levemente. Tengo los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, al principio no nos soportábamos y ahora parezco una viuda. Por un leve instante pienso que habría sido mucho más fácil si nunca nos hubiéramos acercado, al menos ahora no dolería tanto. Pero es un pensamiento fugaz, que se esfuma en el momento que sé que entonces no habría vivido los mejores recuerdos que tengo aquí dentro.

La angustia permanece, me gustaría hablar aunque fuera cinco minutos con él, saber que va a estar bien. En la gala, durante su expulsión, intentó mantener la compostura por todos, por Miriam, por Nerea, por mí. Después en el chat, en cuanto le vi supe que había llorado, seguro que cuando se despidió de nosotros fue con su familia y se rompió abrazando a su madre, y saber eso me rompió a mí. Cuando cantó Million Reasons era una emoción con patas, y todos los que estábamos escuchando otra. No entiendo cómo haciendo lo que hizo anoche, con las dos canciones, ahora esté en su casa. Me da rabia, porque tiene un talento increíble y no se le ha valorado lo suficiente, incluso yo menosprecié su voz en su día aunque seguramente nunca fue por falta de talento.

Seguir aquí sin Raoul va a ser realmente duro. Están Nerea, Miriam y el resto de compañeros, que son geniales y cuidan mucho de mí, pero Raoul es el que de verdad me entendía. Era con él con quien me desahogaba, con quien me olvidaba que estoy encerrado 24 horas diarias, Raoul era mi soplo de aire fresco. Y lo sigue siendo, todo suena muy dramático, cómo si se hubiera ido para siempre y algún día volveremos a vernos, lo sé. Pero no puedo evitar que cada cosa que me pase aquí dentro me parezca un mundo, porque este ahora es nuestro mundo, no existe nada más allá ahora mismo.

Vuelvo a la cama de Raoul y me siento en una esquina, sin acercarme demasiado a Nerea para no despertarla. Seguro que ya queda poco para que pongan la música y nos tengamos que despertar. No estoy preparado para el primer desayuno sin Raoul, ni para ver su actuación de ayer. España está sorda por echar a Raoul después de lo que hizo ayer.

Como esperaba la música no tarda en sonar, y vaya música. Lo que me faltaba, por si no estuviera hecho una mierda ya, ponen "Si tú no estás aquí" de Rosana, una canción preciosa que me encanta, pero justo hoy no puedo escucharla, no si Raoul no está.

Cuando todos se van levantando, me abrazan y me miran con lástima, de verdad parece que sea la viuda de Raoul y todos me estén dando el pésame. Eso no ayuda, pero tampoco voy a ser un desagradecido con ellos, sólo tienen la mejor de las intenciones.

Paso la mañana como un muerto en vida. Estar sin Raoul es mucho más difícil de lo que ya había imaginado. Creo que hasta ahora no era consciente del punto al que mi vida aquí dentro estaba ligada de tal forma a Raoul. Conforme van pasando las horas, no paro de pensar en lo que estaría haciendo si Raoul estuviera aquí. Seguro que ya nos habríamos picado por algo y ahora estaríamos riendo como idiotas, en cambio estoy aquí con una cara de amargado que no me aguanto ni yo.

Primer repaso de gala sin Raoul, esto va a ser duro. No estoy preparado, ni para ver la actuación que hice ni para recordar que Raoul se fue después de hacer lo que hizo ayer. Vamos viendo las actuaciones con los respectivos comentarios de Noemí y Manu. A mí me dicen que tienen ganas de verme brillar, de ver cómo disfruto encima del escenario. Joder, como si yo no quisiera lo mismo. Llega la hora de ver la actuación de Raoul, y todos en algún momento dirigen su mirada a mí. Como si no me sintiera lo suficientemente mal, ahora tengo que sentirme observado, sé que no me juzgan y que sólo se preocupan, pero u7na vez más no ayuda. Las caras de orgullo de todos es evidente. Lo que hizo Raoul ayer encima del escenario bien podría haber sido la actuación de un artista invitado. Fue increíble, perfección vocal e interpretativa. El control que tenía sobre su lenguaje corporal, la intensidad de todo lo que transmitía su mirada. Se dejó llevar sin perder el control en ningún momento. Para mí, la mejor actuación de lo que llevamos de programa, sin lugar a dudas. Aunque no sé si se me podría considerar objetivo.

Cuando termina el repaso de gala, cada uno vuelve a sus cosas, yo me quedó donde estoy en trance. Nerea se da cuenta y me abraza fuertemente. No puedo respirar, necesito a Raoul aquí. Aunque sean cinco minutos, hablar con él y saber que todo va a ir bien.

- ¿Qué es lo que necesitas? – pregunta preocupada, cogiéndome la cara con las dos manos.

- Deseo tanto llamarlo... - mi voz sólo es un susurro, apenas sale de mí -. Decirle, ayúdame por favor.

- ¿Quieres hablar con Noe?

- No – mi respuesta es contundente, es lo último que quiero ahora -. Estaré bien.

No sé cómo, pero estaré bien.

Por Raoul, porque sé que si estuviera aquí ahora me daría una hostia con la mano abierta por estar hecho una mierda.

Porque voy a llegar todo lo lejos que pueda, y no me voy a rendir.

Como le prometí, por mí y por él. 

El día despuésNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ