Capítulo Único

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Los gritos, cual mandrágora recién nacida, se escuchaban en toda la habitación, provenientes del pasillo, justo del otro lado de la puerta. Los Weasley al completo, junto con otras personas cercanas a Potter se encontraban festejando que el Primogénito del Salvador Del Mundo Mágico había nacido exitosamente, después de un embarazo y parto de alto riesgo.

El bebé dormitaba tranquilamente en los brazos de su Papi, ajeno a la fiesta que se estaba celebrando en los pasillos de Maternidad de San Mungo en su honor; el pequeño, quien todavía no tenía nombre, prometía parecerse en demasía a Potter. Con unos cuantos mechoncitos de cabello negro en su cabecita y su piel lechosa, con más color que la del propio Draco cuando nació. Lo único que se debía a él, era la pequeñita y respingada naricita, digna de la Familia Malfoy encima de los exquisitos labios rosados del bebé.

—Es hermoso...—la lengua del rubio paso por sus labios resecos, mojandolos a su paso. Harry se recargo sobre la puerta de la habitación, con sus temblorosas manos dentro de los bolsillos de su pantalón de auror.—Gracias por este regalo.

Draco hizo un gesto de desagrado mientras pasaba su dedo por la hinchada mejilla del infante.

—Deja de decir tantas cursilerías, Potter. Pareces un marica.

El azebache soltó una carcajada limpia, mientras se acercaba a pasos vacilantes hacia su Familia. A su marido, y a su Primogénito, quién dormitaba tranquilamente sobre el pecho de su madre, con su boquita succionando uno de sus pezones.

Si tan solo Draco supiera lo marica que se veía el, un hombre, amamantando a su hijo.

—Callate, Malfoy...

—Potter, Cara-Rajada, recuerda que soy un Potter ahora...

Y el de ojos esmeraldas no pudo más que asentir.
Tomó asiento junto a las piernas de Draco, justo a su lado derecho.
Coloco su mano sobre la delicada espalda de su hijo, quién al sentirlo comenzó a removerse inquieto.

El pequeño alejó su cabecita del pecho de su Papi, buscando aquel ser de magia compatible con la suya; abriendo tiernamente sus ojitos, que para decepción del rubio eran de un azul oscuro, el típico color en los recién nacidos.

—Esta buscándome...—murmuro el azebache feliz. El rubio rodó los ojos, mientras palmeaba suave en las posaderas del bebé cubiertas por un pañal. Tratando de que su boquita volviera a succionar de su pecho antes de que el hechizo Ubera, que la enfermera le había aplicado para alimentar a su hijo, desapareciera.

—...Y por tu culpa no está comiendo...—con su mano izquierda trato de acomodar la cabecita morena sobre el pecho levemente lleno de leche. —Vamos, pequeño...

Pero el infante seguía buscando la fuente de energía que acariciaba lentamente su espaldita. Draco estaba comenzando a desesperarse, así que le pasó al pequeño a Harry, quién acepto con un poco de miedo a esa cosita que dejó de removerse al encontrarse en sus brazos.

—¿Estás enojado, Dragón?—pregunto el moreno al ver los fuertes movimientos de su esposo, al acomodarse la bata sobre su hombro derecho, donde todavía se vislumbraba un pequeño montículo.

—... Cuando tenga hambre, pediré a la enfermera que te aplique el hechizo a ti para que lo alimentes...

Harry volteo su mirada hacia su hijo, quién en ese momento tenía sus ojitos puestos en el. —Creo que está buscándote Draco...

Y efectivamente, el pequeño tenía la boquita abierta, chupando la camisa de Harry, y llenandola de baba en el camino. Pero al ver que no salía nada comenzó a llorar, con sus manitas en puños, sus ojos cerrados fuertemente y su boca haciendo un puchero.

—Merlín... Pero que exigente...

—Igual a su Papi.

—Ja-Ja-Ja. Que risa, Potty. A ver, dámelo...

Con cuidado, el nene paso a los brazos de su mami, quién inmediatamente se deshizo de la bata y acercó el pecho a la carita sonrojada del infante, quién inmediatamente comenzó a succionar.

Y Harry no pudo hacer nada más que convertirse en un espectador de la escena más linda... Y erótica que había visto.

Su Draco, con la bata un poco desecha, dejando ver un seno pequeño, el cual adornaba su lampiño pecho pálido. Su cabello rubio platino caía despreocupado hacia su cuello, con algunos mechones pegados a su frente al tener su cabeza gacha, mirando como el hijo de ambos se alimentaba de él, gracias a un hechizo.

Y en esos momentos, no pudo más que agradecer a Merlín por esto...

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—Y... ¿Cuál será su nombre?

La Familia Weasley estaba expectante,  en estos momentos celebraban el bautizo del pequeño Potter, quién después de dos semanas todavía no tenía nombre.

Arthur y Molly Weasley esperaban que se llamará Albus, en honor al Ex-Director de Hogwarts y protector de Harry.

Hermione esperaba que se llamara James, en honor al Padre de Harry.

Ron esperaba que se llamará Sirius en honor al padrino de Harry.

Ginny esperaba convertirse en la madre del pequeño...

Todos los lectores esperaban que se llamará Scorpuis Albus, o James Sirius o un nombre raro...

Pero Draco fue el que decidió... Sin importarle la opinión de los demás.








—Charlus Abraxas Potter...

Este es un one-shot, un epílogo cuya historia jamás será escrita (xD, siempre quise poner eso), espero y les guste.
Realmente lo hice por que hace unos días vi una imagen donde un hombre amamantaba a un bebé, y me dije “Fatima, Draqui se vería hermoso si hiciera lo mismo” y taraaaaan.
Espero les guste....

Baby Potter "Harco" #1Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon