Raquel

3 0 0
                                    

- No, no es así de simple.
- Entonces...
- Ya te lo expliqué.
- No quiero tu auto-análisis, Gina.
- Sencillamente lo extraño.
- ¡Eso fue lo que dije!
- No. Tú lo dijiste con otro tono.
- Lo dije con el mismo.
- ¡Para nada! Le quitaste emoción; no es un frío "quiero verlo".
- ¡Pero es que lo viste hace menos de una hora, Gina!
- ¿Y eso qué?
- Ya lo besaste todo lo que querías.
- Pero también quiero abrazarlo, Raquel.
- ¡Lo hiciste! Literalmente durante 10 minutos. Son una pareja chicle.
- Tengo mucho amor para darle.
- Le das amor todos los días.
- Y aún así quiero más, ¿no te parece curioso?
- La verdad es que sí, aunque también me da náuseas.
- Tengo muchas ganas de abrazarlo.
- Eso ya lo dijiste.
- Pero es que es la verdad. Quiero ver su cara de niño sonriente y plantarle un buen beso.
- Ya.
- ¡No tienes idea! ¿Sabes qué siento cuando lo veo ahí parado sin hacer nada? Siento ganas de treparme encima de él, derribarlo y aplastarlo. Sé que suena raro, ¿vale? No me mires así. Quiero aplastarlo hasta que nos fundamos. A veces, puedo verme trepándome como una serpiente y enrrollándome alrededor de él y dándole tanto amor que se desborda y se chorrea. Que no me mires así, Raquel. Quiero darle todo.
- Como darle tu alma.
- ¡Sí!
- Como si él fuera el diablo...
- ¡No! Bueno, sí. No, es decir, no me molestaría venderle mi alma a cambio de la suya.
- Que creepy suena eso.
- ¡No quiero sonar obsesiva! Solo quiero todo de él.
- Vale, ya lo entendí.
- ¿Qué?
- Estás obsesionada con él.
- ¡Que no!
- Claro que sí.
- Eso no sería sano, en lo absoluto...
- No lo dije como si fuera un cumplido.
- ... pero creo que es así.
- Gina, linda, no pongas esa cara, no hay razón para asustarse.
- No es eso, es que se me ocurrió algo terrible.
- ¿Qué cosa?
- ¿Y si él no está igual de obsesionado conmigo?
- Entonces, alégrate; no está tan loco.
- Pero quiero que esté loco por mí.
- Lo está, Gina.
- ¿Cómo lo sabes?
- Yo lo sé.
- Júralo con el dedo meñique que tiene esa horrible uña rota y ese espantoso esmalte carcomido.
- Lo juro por esa máscara de pestañas corrida que te hace ver como mapache.
- ¡¿Qué?!
- Es broma, tonta. Rick te vio perfecta.
- Menos mal, casi cancelo mi suscripción a Vogue por haberme recomendado esta marca que dice ser Waterproof.
- Últimamente eso pasa.
- Afortunadamente, a mí aún no.
- Pues el mes pasado compré una crema hidratante que decía que te quitaba las líneas de expresión pero me dejó como...
- ¡Ay, Raquel!
- ¿Qué pasa?
- ¡Lo extraño! Tengo muchas ganas de abrazarlo.
- ¡Oh, basta, cállate!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 17, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Conversaciones del súper yo y el súper tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora