Capítulo 24

3K 316 46
                                    

No puedo dormir, estoy pensando en todo lo que está pasando.

No puedo creer, no me entra en la cabeza que mis papás me tengan encerrada siendo mayor de edad.

Joaquín seguramente estaba llegando, ya eran las 6:47 am y yo no dormí nada.

Mis ojos empezaron a cerrarse, estaba cansada, pero no me quería dormir.

Sentí que forcejearon la puerta del balcón, me levanté al instante.

Corrí la cortina y lo vi a Joaquín sonriéndome, mis ojos se cristalizaron. Iba a explotar de felicidad.

La persona que amo me había venido a buscar a otro país, increíble pero real.

Le hice señas con la cabeza de que no podia abrir, me pidió que me corriera y después de empujar tres veces la puerta se abrió.

Cuándo quedamos de frente me tiré en el a abrazarlo.

–Te extrañé tanto, tanto. –susurré a punto de quebrar.

–Yo también mi amor, pensé que.. pensé que me habías dejado. – dijo aferrándose más a mi cuerpo.

–No, no, no. – Me separé y puse mis manos en su cuello. – Nunca te voy a dejar mi amor. – él asintió y me besó.

Lo extrañaba tanto.

–Hay que irnos ya, mi hermano está con tus viejos. – dijo agarrando una mochila que yo había echo.

–¿QUÉ?. – pregunté confundida.

–Los iba a distraer, les iba a decir que si querian comprar comida Argentina y todo eso. – solté una risita al escucharlo.

–No puedo bajar por acá, gordo. – dije al ver que Joaquín bajo por el balcón.

–Si, si podes. – él subió de vuelta y me ayudó a bajar a mí.

En el aeropuerto nos encontramos con el hermano de Joaquín.

–Tu mamá es una Milipili, y tu papá alto Tincho. – dijo Diego sacándome de mis pensamientos.

–¿Qué es éso?. – pregunté confundida.

–¿Por qué no te callas mejor, eh?.– dijo Joaquín molesto. – No es nada amor, después te explico. – asentí.

Estaba sentada al lado de Joaquín en el avión, Diego estába en otra fila.

Miraba por la ventanilla y se me escaparon un par de lágrimas.

Nunca creí que me iba a ir así de mi casa, sin siquiera decirles chau.

Y que me tengan encerrada, fue lo peor.

–Amor, no llores hermosa, ya está. Ya pasó todo. –dijo Joaquín poniendo su mano en mi pierna.

–¿Segura no te hicieron nada?. – dijo mi novio por tercera vez acomodándose el pelo.

–Ya te dije que no, no me dejaron salir de la habitación nada más Joaquín. – dije harta de hablar todo el tiempo de lo mismo.

–Bueno, perdón. – dijo mirandome triste.

–No vení. – estire mi mano y él la entrelazo con la suya. – Perdóname vos, te preocupaste, me fuiste a buscar y yo te hablo así. Pero no quiero que hablemos más de ésto bebé, por favor. – el me acercó a su cuerpo. – Me hace mal. – solloce.

–Ya pasó bebita. – me abrazó.

–¿Que hubiese pasado si no te hubiera llamado? Vos creías que yo te había dejado ¿y si te ibas con otra?. – me interrumpió.

–Ssshh. – me acarició la cara. – lo importante es que ahora estámos juntos Cande. – sonrió.

–¿No estuviste con nadie?. – pregunté con cierto miedo.

–No mi amor, con nadie. No quería ni salir por que tenía el cora roto. – reímos.

–¿Podemos dormir una siestita?. – pregunté sonriendo.

–De poder, podemos. – dijo mirando a un costado. – Pero, ¿para que vamos a dormir si podemos hacer otras cositas?. – preguntó mirándome pícaro. 

–Sos un boludo. – reí. – Dormimos una siestita, me haces mimitos y después vemos si hacemos otras cositas. – acoté enredando mis dedos en su pelo.

–Te amo. – susurró, pero lo escuché.

–¿Qué dijiste?. – sonreí.

–Que t e a m o. – me miró. – Te amo muchísimo y no se que haría sin vos. –

–Yo te amo muchísimo mas, siempre vamos a estar juntitos. Hasta que seamos viejitos. – reí.

–Pero cuándo seamos viejitos la sevenconda no va a funcionar estilo maquinon como ahora, bebé.– dijo agrandado, yo solté una carcajada.

–No importa, te voy a amar igual mi rubia hermosa. – reímos.

Minutos más tarde nos acostamos, los dos estabamos cansados, aunque la sevenconda estaba muy activa por lo visto.

–¿Te quedas quieto, dale?. – dije dándole la espalda.

–Bue boluda por que no se lo decís a mi chota mejor. – susurró y me dió la espalda.

Lo escuché, lo escuché bien clarito, y lo amo muchísimo peeeero lo voy a hacer sufrir.

–Gordito hermoso. – lo llamé.

–¿Mmmhj?. – preguntó.

–Mírame. – el se dió vuelta.

Me subí a el sin previo aviso, Joaquín se sorprendió y yo lo estaba disfrutando.

–¿Así qué querés que le diga a la chota que se quede quieta?. – pregunte moviéndome para adelante y para atrás en la "sevenconda" como el le dice.

–N..no, te.. te podes por... favor bajar?. –

–Si puedo, pero no quiero. – Sonreí

Aumenté mis movimientos y le empecé a hacer chupones en el cuello.

–Ahora, sevenconda te pido que te quedes quieta, por favor. – Sonreí sin mostrar los dientes, Joaquín estaba duro.

Terminé de hablar y me bajé de encima de mi novio.

–No me hagas ésto, no me hagas ésto, no me hagas ésto. – repitió varias veces.

–Me agarro un sueeeeño. – exageré. – Me di vuelta dándole la espalda y hable. – Te amo mi amor. –

Sin más que hacer, me dormí.

Supongo que después Joaquín se levantó a clavarse una Manuela.

ACÁ TIENEN LO QUE PROMETÍ WACHAS.

100 votos y sigo.

Promise - Seven Kayne Where stories live. Discover now