Liberando Sombras #2 (Saga Sombras, Grey)

Capítulo 26 || Una última advertencia

—Es hora que tu familia sepa la verdad. —Miro a Taylor fijamente. —Tienen derecho a conocer todo lo que guardas, son parte de un núcleo. Guardar silencio los hace débiles al mundo que los rodea. —Me pongo de pie frustrado.

—Anastasia no está preparada para otro choque emocional. Esta mierda es pesada. —Hace un gesto de labios.

—Gail me ha dicho que se ha mantenido sin medicación estos días. Los médicos tienen a agravar todo, ella simplemente estaba pasando por un mal momento durante su parto. —De alguna manera también lo pienso.

Quizás Anastasia no sea la misma que un día conocí. De aquella mujer tierna y comprensiva no queda nada, está encerrada muy dentro de ella a espera de poder abrir esa puerta. Encontrarla será difícil, pero sé que no imposible. Necesito recuperar por completo a mi esposa, devolverle sus recuerdos y hacerle ver que nada ha cambiado en mi corazón. Sigo amando a la misma mujer que derramó el café en mi traje. La que un día me hizo cambiar mi visión, plantó sueños y esperanza de una familia que ahora es mi razón de ser.

—Es mucho.

—Puede con esto. Es fuerte, tiene cinco motivos para serlo. Debe saber a lo que fue expuesta y quizás, sólo quizás, recordar el pasado, llevarla a la realidad, la ayuden a comprender muchas cosas. Darle luz a esa oscuridad que guarda gran parte de su mente.

—¿Mis hijos? No quiero cargarlos con esto. —Bufa.

—La estabilidad de una familia radica en la confianza, la verdad, sinceridad. —Se detiene junto a mí. Ambos miramos la caída del sol y su reflejo en el lago. —Si estuviese en tu lugar lo haría. No para alarmarlos, sino para dejar claro la importancia que tienen en mi vida. —Lo miro. —Ellos necesitan saber todo, porque una vez que los oficiales entren y se lleven a tu hijo, todo se volvera un caos y comprenderán una vez más que es más importante para ti mentirles, ocultarles la realidad. —Suelto aire pesadamente.

—No pude hacer más. Y ahora todo se complica con esos dos malditos prófugos. —Se aleja en dirección a mi escritorio.

—Todavía no termina. Me llegó el informe de John Flynn. —Toma el sobre blanco del escritorio. —Su cuenta bancaria sigue igual, sus propiedades las mismas y sus movimientos igual de monótonos. A excepción de hoy, que salió de viaje a Singapur con su esposa e hijos. Envié un equipo a vigilar, los envidio, la están pasando a lo grande. —Sonríe tenue.

—Estas atado porque quieres. —Giro para verlo poner los ojos en blanco.

—Decidí formar parte de esta familia, tus problemas son los míos. —Se encoge de hombros. Me entrega el sobre en donde hurgo encontrando fotos en sitios turísticos. Disfrutan totalmente ajenos a todo. —Ahí encontrarás también el informe de Jack Hyde. Ese mal nacido está por volver a ser padre. La madre, una veinteañera con un volumen enorme de pechos. —Su gesto al decir pechos me causa risa.

—Algo bueno debe tener. —Intenta hablar, pero conociendo su mente lo pauso antes que lo diga. —No, no me refiero a su culoo pechos. —Ahora es el quien ríe. —¿Cuál es la estrategia a tomar? —pregunto un poco más relajado. La tensión que había impuesto el detective Brand mantenía mis hombros entumecidos.

—Reduciré la seguridad aquí, la empresa quedará intacta. Instale cámaras de seguridad durante la noche a fin de no angustiar a tu madre y esposa. Si entra, lo veremos desde el primer paso y él lo sabe. Los tipos como él esperan que cubras tu culo, no darle el espacio suficiente para llegar a ti.

—Estoy arriesgando mi pellejo. —Tomo asiento y paso la mano por mi rostro.

—No, es el quien arriesgará el suyo y si dificulta todo, también su vida. —Me mira fijamente. Como si tuviese un propósito que desconozco y no está dispuesto a compartir. Observa su reloj de mano y suspira. —Me retiro. Quiero dejar todo listo cuanto antes. —Asiento.