Protector.

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Habían transcurrido un par de semanas desde que Yuri volvió a buscar al pelinegro, en esos encuentros disfrutaban de la compañía mutua.

La atracción que desprendían era evidencia de su compatibilidad como destinados, sus cuerpos se buscaban en un simple roce de manos o en una acción más intensa como era besarse mientras desordenaban sus ropas en busca de piel expuesta.

El rubio deseaba a cada momento a Yuuri, su omega se había vuelto parte de su rutina diaria. No recordaba como era sus días antes de conocerlo, sus compañeros lo incomodaban con comentarios sobre su cambio de actitud.

Los errores que había cometido en el trabajo durante esas semanas fueron pocos, pero hablando de una persona como el rubio era una situación extraña para las personas que lo rodeaban.

Aquel atractivo japonés estaba en su mente en cada momento, su cabeza divagaba buscando escusas para contactarlo sin importarle que la noche anterior se habían encontrando. Una parte suya en lo profundo exigía la presencia de los dulces ojos rojizos, insatisfecho por no poder retenerlo a su merced.

Sus manos trabajan con rapidez buscando terminar sus actividades pendientes y poder pasar un agradable momento con su adorable cerdito. Después de aquella noche donde se conocieron, terminaron hablando sobre sus aficiones buscando recolectar información.

El rubio se sorprendió cuando Katsuki le mencionó que era uno de los propietario del lugar. Phichit quién era el mejor amigo del pelinegro, tuvo la brillante idea.

Ambos chicos en esa época necesitaban dinero para los gastos universitarios, fue así como comenzaron trabajando como meseros en distintos clubes. Después de un par de años de reunir dinero suficiente ambos chicos terminaron graduándose; con el tiempo que llevaron conociendo sobre el tema sabían que era una buena inversión y así terminaron siendo uno de los lugares nocturnos más concurridos.

A Yuuri le encantaba bailar pero le incomodaba hacerlo frente a alfas que lo miraban de forma morbosa, había decidido aquella noche que conoció al rubio dejar de ser un bailarín. Y aunque eso no evitaba que siguiera haciendo lo que le gustaba, ahora podía sentirse más seguro.

El pelinegro se dedicaba actualmente al área administrativa del club, buscaba fortalecer la formación de la seguridad del local, así los omegas que trabajaban allí podrían sentirse protegidos.

Al ser un club nocturno Yuuri solía salir a altas horas de la madrugada, impaciente por volver a casa.

Pero ahora que el joven ruso formaba parte de su rutina lo que más ansiaba terminando la noche era verlo fuera del lugar, esperando por él.

El rubio mira la hora impaciente, después de verificar que su espacio de trabajo estuviera en orden decide emprender camino en busca del omega. En su recorrido al lugar logra recordar cuantas veces iba realizando la misma acción, al final del día era lo que más esperaba.

Divisa el lugar y comienza la carrera, faltaban pocos minutos para que Yuuri saliera. El rubio se recarga sobre un poste tratando de recobrar el aliento. Puede observar al japonés salir del local, se endereza rápidamente ocultando su cansancio.

Aunque sus cuerpos se encontraban a una distancia prudente el alfa podía identificar claramente las feromonas del chico. Su aroma se había vuelto una adicción para el rubio, la dulzura de la fragancia lo enloquecía y como éste variaba dependiendo del humor de su dueño era algo que maravillaba a Yuri.

La vestimenta del omega era totalmente diferente a la ropa que usaba para bailar. Su estilo diario era simple, su cabello oscuro caía sobre su frente, también contaba con unos lentes que la primera vez no usaba pero ahora le era normal al rubio verlo con ellos.

El omega tenia las mejillas sonrojados, había logrado presenciar la escena de Yuri corriendo y no pudo evitar sentir ternura por aquel gran hombre. Su corazón latía descontrolado al ser consciente que él provocaba esas reacciones en el ruso.

Ambos emprendieron camino a la casa del omega, últimamente Plisetsky había estado preocupado por la seguridad del japonés y había decidido por cuenta propia acompañarlo, a pesar que Yuuri aclaró que no era necesario.

El de ojos verdes escuchaba atentamente como Yuuri hablaba emocionado sobre el matrimonio próximo de Phichit. El ruso también había recibido una invitación por parte del alegre moreno. Le fue inevitable no formar una amistad con aquel chico.

Yuri propone vestir trajes a juego y puede ver como los ojos del azabache se iluminan en ilusión. El omega nombra lugares a donde ir y que día deberían reunirse. El alfa no pudo evitar fruncir las cejas cuando el dulce aroma de Yuuri cambio inesperadamente a uno ligeramente amargo, observó como el chico se removía incómodo tratando de apegarse a su cuerpo.

Cuando escucha el suave quejido saliendo de los labios temblorosos de Yuuri, su mente se nubla activando su lado protector. Sus grandes manos toman la cadera del omega sosteniéndolo mucho más cerca, el rubio deja salir su aroma buscando tranquilizar a su pareja.

Un grupo de ebrios van en la acera contraria causando problemas, una pareja de chicas pasa corriendo para evitarlos. La zona últimamente había sido víctima de acosos y secuestros constantes, haciendo el lugar más peligroso.

Los hombres dirigen una mirada en la dirección de ambos, rápidamente el rubio se coloca delante del japonés adquiriendo una postura defensiva soltado fuertes gruñidos de advertencia marcando su posición como alfa.

El grupo se aleja tambaleantes por el exceso de alcohol en sus venas, aquel alfa rubio representaba una amenaza y en el estado que se encontraban no podrían hacerle frente.

Mucho menos si era un alfa pura sangre.


Yuri recobra la compostura cuando siente como el azabache libera el agarre de su camisa, es consciente de como su aroma afecta al omega. Se acerca al rostro contrario frotando su mejilla contra la del chico buscando tranquilizarlo.

El cuerpo de Yuuri tiembla satisfecho, se sentía seguro de tomar la mano del rubio y con esa sensación en el pecho, deciden retomar su camino.

El alfa se promete proteger a la persona que tenia a su lado, no dejaría que saliera herido. Si puede evitarlo arriesgaría cualquier cosa para que el chico no sintiera miedo otra vez. Lo protegería del mundo, lo atesoraría, lucharían juntos.

Ambos chicos se dirigen una sonrisa, aquellos que lograran mirarlos podrían apreciar como un vínculo se formaba entre ellos. Uno que se fortalecía con el tiempo.



Esta Noche  [YuYuu] [Yuri On Ice!!!]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ