Despertar con su pelo • Wariam

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"Me he acostumbrado a su pelo en mi cara y no me molestan las cosquillas"

Me desperté al escuchar la puerta abrirse y seguidamente cerrarse con un golpe seco. Seguramente se trataba de algún compañero de piso de Miriam que entraba después de las clases del día.

"Hola", saludó Agoney, que pasó por detrás del sofá y se dirigió hacia el pasillo que daba a las demás habitaciones del apartamento. Por mi parte, tardé unos cinco minutos en reaccionar y darme cuenta de donde estaba, por lo que no le devolví el saludo. De todas formas sabía que él no se lo tomaría a mal; ya sabía de sobras que ambas teníamos el sueño profundo.

Mi cuerpo ocupaba un reducido espacio entre el respaldo del viejo sofá azul y la espalda de la rubia. Como siempre, su melena estaba en mi cara y el olor que desprendía garantizaba que yo solo soñara cosas bonitas.

Ni Miriam ni yo éramos de hacer siestas. Repito: éramos. Desde que estábamos juntas, habíamos empezado esta tradición casi sin querer. Al principio, simplemente, nos quedábamos dormidas en el sofá o en su cama después de darnos el lote un rato, o mientras veíamos alguna serie de esas de policías y casos a resolver que le gustaban a mi gallega, o alguna película romántica sin mucha sustancia de las que me gustaban a mí. Si ponía una de esas, Miriam se dormía seguro.

Le empezamos a pillar el gusto y al final, cuando quedábamos al salir de clase, siempre acabábamos reservando media horita para la siesta. Media horita que se convertía en cuarenta y cinco minutos o una hora, dependiendo del tiempo en que tardara alguno de los compañeros de piso de la rubia en llegar de la universidad y despertarnos con la puerta, porqué nunca poníamos la alarma.

Era gracioso ver como Miriam, una persona que se ponía alarmas y hacía listas para que no se le escapara nada, bajaba la guardia de tal forma cuando estaba conmigo. Solo era estricta en la hora en que quedábamos: nunca llegaba un minuto tarde. Pero yo tampoco, eh. En realidad las dos éramos chicas bastante centradas y responsables, pero Miriam tenía un punto de exigencia con ella misma que no tenía nada que ver con el mío.

Nos conocimos precisamente en la biblioteca de la universidad. Ella sola ocupaba una mesa, con los libros y los apuntes esparcidos –aunque de forma ordenada- en ella, una botellita de agua, y un portátil que tenía el sticker de un enorme león en la tapa. Llevaba el pelo semi-recogido, y enseguida me llamó la atención esa melena rubia y ondulada.

—Perdona —le dije, acercándome a ella con una pequeña sonrisa. —¿Puedo sentarme aquí? Es que no quedan más mesas libres.

La verdad es que aquellos días, durante el período de exámenes de enero, la biblioteca estaba llena. Seguramente, y de todas formas, habría algún sitio para mí en el piso superior, pero sentí la inexplicable necesidad de sentarme cerca de ella. 

Me miró con seriedad antes de asentir y susurrar un "claro", mientras amontonaba sus apuntes para hacerme un hueco.

Me senté enfrente de ella y saqué mis apuntes de Expresión Artística II. El segundo año de la carrera de Bellas Artes estaba obligándome a esforzarme un poco más, pero yo no estaba muy concentrada a decir verdad.

Mis ojos se desviaron hacia el rostro de la rubia, que llevaba unas gafas puestas y miraba con atención los papeles que tenía enfrente; hasta que levantó la vista y dejó de morder el bolígrafo para mirarme a mí.

—¿Me estás mirando a mí o es que te interesan mis apuntes de Fisiología Médica? —preguntó levantando una ceja. Creo que me sonrojé al acto y ni siquiera le respondí.

Pero ella vino toda la semana sola, y yo seguí sentándome con ella todos los días. El tercer día que compartíamos mesa, y después de estudiar sin descanso dos horas, salí a fumar. Ella se había levantado un rato antes que yo, así que creí que se había ido al baño, pero al encenderme el cigarro y apoyarme contra la pared, la vi cerca de la máquina de cafés que había al lado de la puerta, removiendo el líquido del vaso de plástico con una cucharita blanca. Me sonrió y se acercó a mí.

One Shots  📚 || WARIAM + WARMI + MIRIAM²Where stories live. Discover now