¡Eres un idiota, YoonGi! |JimSu|

uno.

-Por eso, YoonGi hyung, no debes decirle nada de esto a JiMin, ¿bien?

-JungKook-ah, tranquilo. Pero, ¿en serio te gusta JiMinnie?

-Sí, o eso es lo que creo -sonrió-. Me siento extraño cuando estoy cerca de él, y hyung, es que es tan -alargó la última vocal-. Tierno.

Lo sé, JungKook, en serio que lo sé.

-Me alegro por ti y por el otro mocoso.

El menor exhibió sus dientes, similares a los de un conejo, en una avergonzada sonrisa.

-Pero todavía no sé si JiMin siente lo mismo por mí, hyung -bajó un poco la mirada-. Aunque a veces creo que gusta de otra persona -concluyó, frunciendo el ceño.

-No lo creo, JungKook. En todo caso, no logro figurarme a otra persona que no seas tú encajando en su rango de «tipo ideal».

-Realmente no lo sé, YoonGi.

-¡Es YoonGi hyung, mocoso! -le reprendió, a la vez que depositaba un pequeño zape en la cabeza de su dongsaeng.

-Puedo aconsejarte, JungKook, a JiMinnie le agradas muchísimo, por no decir «demasiado», así que tienes oportunidad, mocoso. Tú solo hazme caso.

-Está bien, hyung.

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El de hebras negras se encontraba en su habitación, rodeado por sus peluches de Kumamon, mientras tocaba una melodía con pinceladas de melancolía en su piano. Había muchos papeles al rededor de la silla donde se hallaba sentado.

¿Así que era uno de esos días, huh?

YoonGi recordaba con pesar su tierna y estúpida infancia acompañado de un regordete niño de ojos pequeños y sonrisa de alcancía. Esas tardes llenas de caricias (por parte del menor) y las sonrisas mal disimuladas cuando JiMin le daba besitos en la mejilla.

-YoonGi, ¿no crees que estás exagerando? -cuestionó NamJoon al ver que su mejor amigo estaba por entrar en lo que él y HoSeok nombraron como «estar pendejo y no aceptarlo».

-Lárgate de aquí, NamJoon, ¿no ves que es mi momento para hacerme el macho rudo que le escribe canciones a su amor imposible de infancia?

-Ahí vas de nuevo... prometiste que irías a comer con Jin, ¿sabes lo que sucederá si no llegas?

-¿No te dejará manosearlo? -inquirió como respuesta, aburrido. Al pobre NamJoon se le colorearon las mejillas de bermejo furiosamente.

-¡N-no se trata de eso, imbécil! tienes que estar ahí, iremos todos: JungKook, Tae, Hobi, JiMin, tú y yo. Además, Jin se esforzó cocinando para nosotros. Así que mueve tu perezoso trasero y deja de estar escribiendo canciones que jamás darás a conocer. ¿Y sabes por qué? ¡Porque eres un idiota, Min YoonGi! ¿¡Acaso no sabes que a JiMin también le gustas, le excitas, le... -detuvo su retahíla y se le pronunció aun más la ven del cuello cuando notó al azabache con los ojos cerrados, recostado sobre su teclado y soltando ronquidos quedos.

No tenía caso.

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En la reunión de SeokJin, un castaño ponía en marcha su plan, haciendo reír a un rubio con sus ocurrencias y avergonzándolo con sus halagos. JungKook estaba siguiendo al pie de la letra los consejos de su hyung favorito.