Mis tres amores

26) Quiero que volvamos...

Liam Smith.

Bese su boca sonriente. Acaricie su mejilla, ella me miro sonriente con brillo en sus ojos, se levantó cubriendo su cuerpo desnudo solo con mi camiseta.

—Me iré a cambiar—Dijo, yo la mire extrañado.

—¿Desde cuando te cambias en otro cuarto?—Pregunté, ella miro hacia abajo.

—Desde que no estoy conforme con mi cuerpo—Me levante de la cama y caminé hacia ella para volver a hablar del tema.

—Tendremos que trabajar en eso—Dije pasando mis manos por debajo de la camisa tocando su espalda, no respondió nada—Eres hermosa, y tu sabes que el físico no es lo que enamora a una persona—Dije levanto su mentón, ella se amurro.

—Como puedo amar a alguien si ni siquiera me amo a mi—Ella dijo con la voz entre cortada.

—¿Que es lo que quieres?—Pregunte sentándome en el borde de la cama, ella se acerco a mi pasando sus manos por mi cuello.

—Quiero volver a sentirme segura, a volver a sentirme linda—Ella dijo.

—Vuelvo a insistir eres hermosa, pero si tu lo dices, te ayudare en todo lo que pueda—Me sonrió y me dio un pequeño beso.

24 horas antes...

Mi madre estaba en la ciudad, de vez en cuando le baja el amor y nos viene a ver.

Melissa entro al salón sonriente, sonreí al verla, atrás de ella venia Joe, se me borro la sonrisa, puede que no seamos nada pero no quita el hecho de que siga sintiendo cosas por ella.

—Hola—La saludé, ella me sonrió acomodando sus cosas.

—Te quería hablar de algo, que me preocupa de ti—Dije nervioso, ella me miro confusa.

—¿Que cosa?.

—Estoy preocupado por tu salud, sabes, siempre comes cosas chatarras y eso no te hace nada bien—Ella me miro ofendida.

—Mi autoestima esta por los suelo no necesito que alguien lo pise.

—No es tema con como te ves, es como esta tu salud—Ella puso sus ojos en blanco.

—Liam, déjame engordar sola, no necesito tu ayuda—Ella se volteó, negué con mi cabeza y me dirigí a mi primera clase...

—Es todo por hoy, pueden retirarse—Todos salieron, me quedé revisando algunas cosas, vi a Melissa pasar por la puerta—Melissa—La llame, ella apareció por la puerta—¿Podemos hablar de lo que paso hace un rato?—Ella suspiro y negó con su cabeza, me levanté del escritorio y tome su mano, la empuje un poco y estábamos los dos dentro del salon, cerré la puerta—No tienes escapatoria—Dije y ella dejo sus cosas en mi escritorio.

—Lo único que te voy a pedir es que no me hagas sentir mal—Ella dijo casi susurrando.

—Tu no estas bien—Dije al notar su expresión facial, rápidamente se seco una lágrima, me acerqué a ella y la abracé, ella se rindió y me abrazó llorando silenciosamente—¿Que pasa? Sabes que puedes confiar en mi—Ella suspiro.

—Lo que pasa es que me siento fea, horrible, desde que perdí a mi bebe siento que mi vida no tiene sentido y ese sentimiento lo oculto comiendo—Se notaba que tenía vergüenza al mirarme.

—No entiendo como sientes que tu vida no tiene sentido, si tu eres el sentido de la mía—Ella río.

—No es momento de coqueteos—Yo sonreí y ella se me quedo mirando sin decir nada, se me acerco y beso mis labios, luego de 2 segundo se separó.