Ambición y venganza ~Gokuytú~

Prólogo: Robos sin resolver

En el castillo del país de Sirel hay una fiesta cada mes, y para saber el por qué solo se debe conocer la razón por la que la reina lo desea,  los invitados visten sus mejores prendas y usan un antifaz, lo que le hace fácil camuflarse a una mujer de un hermoso vestido color blanco hueso y antifaz de plata, dirigiéndose a el dormitorio de los dueños del castillo sin nadie que le dijera nada, pues todos están concentrados en sus conversaciones, los sirvientes solo se dedicaban a servir a los invitados, mientras que la mujer ya había llegado al final de la escalera, entró sigilosamente al pasillo y llegó al dormitorio

-Bien, ahora las joyas- se dijo a sí misma

Con mucho cuidado caminó al dormitorio real, se le iba dibujando una sonrisa de oreja a oreja cuando finalmente llegó, abrió la puerta con sigilo y se adentró sin hacer ruido, encendió la luz y empezó a buscar en todos los cajones que encontraba lo más rápido posible

Collares, aretes, anillos y uno que otro accesorio de oro y diamantes incrustados metía a pequeños costales que llevaba consigo

De pronto escuchó pasos que se dirigían al dormitorio y se escondió debajo de la cama, un guardia llegó e inspeccionó el lugar, pero no encontró nada

-¿Qué pasa?- preguntó otro guardia

-Es que se escuchaba como si alguien estuviera aquí- explicó el primer guardia -pero mira no hay nadie

-¿Has bebido unas copas que eran para los invitados otra vez?- preguntó el otro guardia

-No... no este mes- dijo el primer guardia y apagó la luz mientras cerraba la puerta

-Bueno, una vez más tuve suerte- se dijo la mujer saliendo de su escondite y sacudiéndose el vestido -será mejor que me vaya ahora, pero esta vez creo que será por la ventana- pero antes volvió a encender la luz y fue a el ropero, de todos los vestidos que ahí se encontraban solo tomó dos y apagó la luz de nuevo

Se dirigió a la ventana que tenia balcón, abrió las puertas de cristal que eran del suelo al techo y se encaminó al barandal de piedra, midió la altura a la que estaba y volvió al cuarto, agarró las cobijas y las sabanas de la cama e hizo un nudo entre ellas y las amarró al barandal, cuando terminó rápidamente se subió al borde del balcón y se enredó las telas en las piernas para finalmente deslizarse entre ellas y bajar sana y salva, después se las ingenió para salir del palacio y llegar hasta donde era su hogar

Mientras las personas de la fiesta se despedían, la reina se dirigía a su dormitorio, junto a una sirvienta

-Espero que no haya desaparecido nada esta vez- dijo la reina

-No esté tan segura majestad- dijo la sirvienta

La sirvienta abrió la puerta del dormitorio real, dejando pasar a la reina que entró de golpe y encendió la luz, la reina vio la cama destendida y sus cajones medio abiertos

-No puede ser, sucedió otra vez- dijo la reina furiosa aventando los cajones

-Sea quien sea majestad, escapó bajando por el balcón- dijo señalando las telas colgadas -pudo haber sido uno de los invitados

-No lo creo, yo estoy segura de que cada uno de mis invitados me es fiel, y no necesitan robarme a mis espaldas- decía la reina caminando de un lado a otro desesperada- tiene que haber sido uno de esos piratas que entró a mi habitación

-No lo creo majestad, los piratas no usan ropas elegantes- dijo la sirvienta, tratando de calmar a la reina -y además las personas que vienen a este castillo, solo vienen con invitación

-Tienes razón, pero entonces qué podría explicar que mis joyas sigan despareciendo- dijo la reina y vio que su esposo entraba al dormitorio

-¿Qué pasa Lorena?- dijo el rey a su esposa

-Frank, sucedió otra vez- dijo la reina con voz entrecortada caminando hacia su esposo- me han robado de nuevo

-Así que, "¿volvieron a desaparecer?"- dijo el rey con voz burlona y rió a carcajadas

-Frank, no te rías, esto es en serio- dijo la reina mirándolo con furia

-Esta bien, en tres días me iré de viaje y te traeré todo lo que quieras- dijo el rey abrazándola

-Con su permiso, me retiro majestades- dijo la sirvienta dando una reverencia y saliendo del cuarto

-¿Cómo que "con su permiso"?, ¿Qué no ves el cuarto todo tirado?, ve a que todo quede impecable- dijo la reina un poco molesta

-Sí majestad- contestó la sirvienta y se puso manos a la obra

-Esta bien, Frank- dijo la reina separándose de su esposo -ahora mismo te voy a hacer una lista con todo lo que quiero

-Bueno, yo también tengo que revisar algunas cosas con un embajador, nos vemos luego- dijo el rey y se retiró a paso tranquilo

Mientras la reina se inspiraba para escribir todo lo que le encargaría a su esposo, pensaba también en todo lo que había pasado desde que se casó con él, a ella le atraía estar rodeada de cosas lujosas y tener los mejores vestidos de su reino, no le interesaba para nada la idea de hacer una familia y tampoco le gustaba hablar de "cuando vivía en la pobreza", como ella llamaba a su pasado, lo que más le gustaba de su vida era que su presente era como "se lo merecía", aunque la reina tenía un pensamiento egoista, ella era muy hermosa

Por otro lado estaba el rey Frank que era todo lo contrario a la reina Lorena, a él le hubiera gustado tener una familia a quien heredar el trono, le gustaba viajar y a veces si no viajaba ayudaba a la gente de su reino, él no se preocupaba por el dinero, su mujer era la que se ocupaba por la economía del castillo, él no comprendía el interés de su esposa en siempre querer algo más, a veces se preguntaba si estaba bien el haberse casado con esa mujer, ya que en los veintidós años que llevaban juntos solo los primeros cuatro años se llevaban mejor de lo que se llevaban en ese entonces, pues se casaron muy jóvenes tal vez eso explicaría porqué ya no hablaban tan seguido de cosas importantes

Esa noche tanto la reina como nuestra mujer misteriosa estaban felices, una con lo que se robó y otra con lo que le traerían, era lo mismo cada baile en el castillo, al rey incluso se le hacia gracioso el ver la cara de frustración que su mujer hacia cuando se enteraba que le robaban sus cosas

Espero que te haya gustado este capítulo, estaré actualizando los viernes o cada vez que se me ocurra :v