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El chofer baja del coche, nos abre la puerta y bajamos.
El señor Somerhalder me mira sonriendo mientras contemplo asombrada el hotel.

—¿Le gusta?
—Claro que sí, es cómo de un sueño.

Escucho su risa mientras continúo con la boca abierta admirando ese espléndido lugar.
Me metería en la piscina ahora mismo.

—Por dentro es mejor aún. -Me dice.

De repente viene un chico.
Cuando recoge nuestras maletas me doy cuenta de que es el botones.

—Acompáñenme porfavor.

Seguimos al joven, entramos al hotel, el cual para nada me decepciona por dentro, paramos en la recepción y nos dan unas tarjetas, 560 y 561, que imagino que serán los números de la habitaciones.

Subimos en ascensor hasta la quinta planta y el chico deja las maletas en nuestras habitaciones.
Ian le da una propina y se va.

—Ínstalate y luego ven a mi habitación.
—Vale.

Entro en mi habitación, la 561, y me sorprende. Es enorme y preciosa.
Blanca, con todo ordenado, ducha, una cama enorme...

Deshago la maleta sacando lo imprescindible y me miro en el espejo.
Tengo que mejorar mi vestuario.

Salgo y voy a la habitación de Ian nerviosa, porque sé que cuando cruce esa puerta seré oficialmente su secretaria.
Llamo sin pensarlo más, me abre y entro.

¿Cómo puede verse siempre tan arreglado y perfecto?
Me da un papel.

—Aquí están todas mis reuniones apuntadas, es como un horario para que te hagas una idea.
—¿Que haré yo cuando estés en tus reuniones?
—Puedes acompañarme.

Asiento.

—Como te dije, sólo se trata de que estés conmigo, ¿puedes traerme un café? -Me da 5€ y me sonríe.
—Claro.

Salgo de la habitación nerviosa.
Vaya, mi primera orden.
Vamos, sólo es un café, no será tan complicado.

Bajó a la cocina del hotel y pido un café en el comedor dudando sí podrán dármelo a estas horas... hay muchas mesas blancas con unas vistas espléndidas a palmeras y a la piscina del hotel.
Finalmente acceden, le doy el billete al cocinero y me devuelve 2€

Me ha hecho un favor.
Subo en el ascensor con la tacita de café feliz. Lleva azúcar para que se eche lo que quiera.

Me hubiera gustado pedir otro para mi.

Llamo a la puerta y me abre.

—Su café.

Se lo dejo en la mesa.

—Vaya, que rápida.

Sonreímos.

Le da un sorbo.

—Muy rico.

Resoplo en mi cabeza. Le doy los 2€ sobrantes.
Me mira y se ríe.

—Quédatelos.
—Gracias.

Me siento tonta dando las gracias por 2€, pero es mi jefe.

El resto del día no hicimos nada en especial, estuve todo el día ahí sentada mirando cómo trabajaba en su ordenador y me morí de aburrimiento...

Más de una vez he notado que me miraba, pero no le he dado importancia.

Ya me sé su horario de reuniones de memoria.
Además de eso, pone que mi jornada se acaba a las diez, supongo que a partir de esa hora puedo irme a dormir.

—Hoy ha sido un día cansado, pero tenía que hacer unas cosas con el ordenador, mañana será más... divertido.

Incluso nos llevaron la comida a su habitación porque estaba muy atareado como para bajar al comedor, el cual me hubiera gustado ver más tranquilamente.

—Bueno, ya son las diez -digo en tono de despedida- Le veo mañana, buenas noches señor Somerhalder.

Camino hacia la puerta pero él se levanta.

—Espere. -Se acerca a mí, está nervioso.- ¿Le... gustaría pasar la noche conmigo?

Espero que sea un broma y ahora empiece a reírse.
¿Porque no se ríe? Dios, lo dice enserio.
Me veo obligada a responder.

—¿Por eso me eligió para ser su secretaria? Estas fueron sus intenciones desde el principio.

Me mira asombrado.
Estoy muy cabreada.

—Usted no me quiere, y nunca haría nada con alguien que no me quiera. -Continúo.

Piensa un momento.

—¿Me está rechazando?

Muevo los hombros.

—Nunca nadie me había rechazado.
—No soy como las demás, señor Somerhalder.

Me mira sorprendido.

—Verá, yo no... quiero a las mujeres, es sólo sexo.

Flipo con su sinceridad pero intento ser amable.

—Igual yo logro que cambie de opinión.

Me sonríe intimidante, como aceptando mi propuesta.

—Buenas noches señor Somerhalder.
—Buenas noches señorita Evans.

Me voy triunfante, entro en mi habitación y me tumbo en la cama agotada.
Me pongo el pijama e intento dormir pero no lo consigo.

Recuerdo que mañana me tengo que levantar a las ocho y me pongo la alarma en el móvil a las siete y media.

Se pasa por mi cabeza esa maldita frase "¿le gustaría pasar la noche conmigo?" una y otra vez.
No quería creerlo pero es así, mi jefe quiere que me acueste con él.
Me parece una locura y estoy enfadada porque me ha dicho a la cara que sólo busca sexo.
Es un idiota.
Pero algo me impide pensar que lo es delante suya.
Bueno, es un idiota muy atractivo.

Me tapo bien y me duermo enseguida.

Mi jefe (Ian Somerhalder)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα