Capítulo único

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Hacía más o menos media hora que Aizawa-sensei les había echado de la piscina de la Academia por no haberse retirado a la hora acordada. Iida se había disculpado con el maestro en nombre de todos verdaderamente arrepentido, pues la competencia había sido su idea y era el responsable de la clase como presidente de la misma; y después les había estado apremiando para no molestar de nuevo a Shouta en caso de demorarse de nuevo. Bakugou recogió sus cosas refunfuñando por lo bajo, ya que lo había interrumpido justo cuando iba a patearle el trasero al bastardo mitad-mitad y a Deku en la final de aquella competición, llegando el primero al otro lado de la piscina con su Explosive Speed Turbo y jactándose después por ello. Todavía tiene reciente el festival deportivo y la frustración e ira que sintió entonces cuando Todoroki se contuvo en su batalla, y pretendía liberar esa tensión ganándoles a ambos.

Ahora, el rubio se encuentra gruñendo de nuevo camino a casa, maldiciendo por lo bajo y pateando con rabia las piedras que se interponen en su camino. Kirishima, a su lado, escucha sus quejas en silencio, observando su rostro bañado por la luz anaranjada del atardecer, y no puede evitar componer una ligera sonrisa.

- Te entiendo, pero cálmate – trata de apaciguarlo el pelirrojo, y no lo dice por decir. En este tiempo ha podido comprender mejor a Bakugou detrás de sus enfados y su ceño fruncido, y había descubierto que es mucho más profundo y complicado que una simple cara cabreada.

Katsuki continúa refunfuñando un poco más y se calla al patear una última piedra y hacerla chocar con rudeza contra el tronco de un árbol. Kirishima vuelve a sonreír, esta vez con la mirada perdida en el mar que ondea más allá de la ciudad, con los últimos y pequeños destellos del sol bañando su superficie.

Le gusta pensar – fantasear, más bien, puesto que seguramente no signifique nada – que Bakugou solo se muestra de esta manera tan abierta con él, confiándole sus inseguridades e irritaciones de forma natural, sin máscaras... simplemente siendo él mismo. Le hace sentir especial, feliz, orgulloso y conmovido... pero también confuso. ¿Por qué "solo le muestra a él" esta faceta que tanto trata de ocultar hacia los demás?

Lo mira de reojo como si fuese a encontrar la respuesta de solo enfocarlo. La profundidad de su ceño se ha suavizado un poco después de desahogarse, e incluso se podría decir que parece relajado. Se percata entonces de que están caminando bastante cerca, con apenas diez centímetros de distancia entre sus hombros. Sigue la línea de su brazo hasta llegar a su mano, enterrada en el interior de su pantalón formando un puño y, antes de que se dé cuenta, su propia mano se alza, cautelosa, en busca de la de Katsuki.

- Oii, Kirishima – lo llama el explosivo sin alzar demasiado la voz y con la mirada todavía perdida en el horizonte. Eijirou aleja la mano como si algo le hubiese quemado. El corazón le late muy deprisa mientras se la esconde en el bolsillo del pantalón, temiendo haber sido descubierto.

- ¿Sí? – murmura, no sin nerviosismo, dándole a entender que lo ha oído y que puede continuar.

- ¿Por qué has venido hoy a buscarme a casa? – la cuestión le sorprende, pues esperaba que le preguntase qué iba a hacer antes, así que se gira para mirarlo, ladeando ligeramente la cabeza.

Por la mañana, mientras se dirigía a la piscina con Sero, había estado llamándolo por teléfono para saber de él, pues no había dado señales de vida por el grupo de clase. Como seguía sin responder, decidió ir a buscarlo a casa, aun sin saber exactamente su dirección – tenía una ligera idea por conocer la zona en la que vive Midoriya y el colegio al que ambos asistieron –. Por suerte, no le costó mucho encontrarla y, ayudado de Mitsuki, la madre de Bakugou, consiguió sacarlo de casa.

Pero... ¿la razón? Es bastante simple, en realidad.

- Para reunirnos con los demás en la piscina – responde al fin, encogiéndose de hombros, y vuelve a mirar al frente –. Sabía que no ibas a venir por tu propia cuenta, a pesar de que seguramente tú también quisieras divertirte con nosotros – sonríe enseñando sus dientes. Bakugou chasquea la lengua.

Aquel día al atardecer ~KiriBaku OneShot~Where stories live. Discover now