***Capitulo 4***

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Sergio

Ya hacen 15 días del nacimiento de mi princesa, no ha sido muy fácil pero con la ayuda de Dios, mi mejor amigo y su novia todo va marchando normal.

Los días que voy a lavar coches mi mejor amigo me ayuda con la nena.

Pero no siempre voy a contar con él, puesto a que está en la secundaria aún y es un chico estudioso y aplicado que siempre hace sus deberes.

Por ejemplo hoy, hoy tengo que ir a trabajar en media hora y ya se en donde dejar a mi nena.

Preparo todo,toallas húmedas, pampers, Jabón, aceitico, cepillito para su pelo, dos mudas de ropa, la leche materna que tengo que comprar diario, las medicinas y todo lo que debería de contener un bulto de bebé.

—Princesita, vamos que en la guardería te esperan. Allí dije que eres mi hermana menor, no quiero que te arranquen de mis brazos.

La tomé en mis brazos, tomo un taxi hasta llegar al lugar.

Me voy a mi trabajo y dejo a mi hija en manos de Dios y esas mujeres.

—Sergio, debería llegar más temprano, éstas no son horas de llegar. Si quiere conservar el trabajo, cumpla como debería —dice mi jefe y se aleja sin esperar respuesta.

—Descuida amigo, veré como cubrirte, así puedes preparar a tu bebita antes de llevarla al lugar. —dice Juan mi compañero de trabajo bastante solidario.

—Gracias amigo —digo mirando a mi jefe entrar a la oficina.

Suena mi teléfono veo que es el número de la guardería.

—Si, buenas. ¿Pasa algo? —Pregunto preocupado.

Del otro lado de la línea me dijeron que la nena no ha  dejado de llorar.

La mente se me nubla, no se que hacer, trato de pensar, hablo con Juan y él tampoco sabe.

Dejo todo tirado y salgo en busca de la nena. 

Tomé a la nena en mis brazos y de inmediato se calmó. Las chicas de la guardería me miraron apenadas.

—Mi madre no creerá lo que hizo ésta bebita —digo y beso la frente de mi bebé.

—Eso es increíble. Que pequeña y mira la berrinchuda que es —Dice una de las mujeres.

Salí de la guardería, llegué a mi apartamento. Le encendí la tele a la bebé  para ponerle música infantil mientras lavo parte de su ropa. Aprovecharé que estoy en casa.

***

—Hermano que tal te fue en el trabajo? —Me preguntó mi mejor amigo mientras se sentaba en el pequeño sofá.

—Prácticamente no pude trabajar, Elaitza hizo un berrinche y tuve que —salir a buscarla.

—Espera, ¿berrinche con 15 días de nacida? —Pregunta sorprendido.

—Si, me llamaron porque no paraba de llorar y cuando llegué y la cargué se calmó como si nada. Y bueno, como salí dejando el trabajo abandonado... estoy desempleado.

—Bueno, sabes que cuentas conmigo para lo que sea —dice topando mi hombro.

—Si hermano, lo se —digo y lo veo marcharse.

Dos semanas después...

Estos días no han sido fáciles para mi; primero la guardería cerró por falta de recursos, no he conseguido un buen trabajo, solo he podido vender frutas en las calles y eso no da para mucho. Los pampers de la bebé se están agotando, la leche por igual y tengo que conseguir dinero para las inyecciones de mi bebé.

La dejaré con la vecina y dueña de ésta casa donde estamos alquilados, se que ella cuidará bien de mi bebé.

Gracias a Dios encontré al señor que vende los víveres en la calle, me va a dar parte del dinero si lo ayudo a vender.

Conseguir dinero para mi hija no será un problema, siempre y cuando sea de manera honrada.

Ya se ha quedado dormida mi bebebita.


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⏰ Terakhir diperbarui: Jul 25, 2022 ⏰

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Padre a los dieciséis Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang