Reiko Senju era el vivo retrato de su bisabuelo. Debido a su herencia sanguínea, nació con un potencial demasiado alto para ser controlado a la primera, por lo que solo el trabajo duro podría mantener el control en ella.
- Reiko chan... - dijo un rubio preocupado de ver a su amiga en tal estado - ¿es verdad lo que dicen? Que ella vio morir al viejo - le pregunto Naruto al sensei, sintiendo la mano de este en su hombro como señal de apoyo.
- Es verdad - dijo el peliplata observando con preocupación a su estudiante - ella acaba de perder a alguien muy importante para ella. Cuando despierte, intenta ser lo más delicado posible, ella te necesitará para salir adelante.
- Esta bien - dijo Naruto decidido, no dejaría a su amiga sufrir sola, ya conocía esa sensación y no se la deseaba a nadie.
(...)
- Reiko, confiamos en ti- decia Hiruzen caminando hacia sus antecesores, los cuales la observaban con una sonrisa antes de desaparecer.
- Abuelo! - grité despertando agitada, por lo que los médicos no tardaron en llegar e intentaron inyectarme un tranquilizante, pero no los deje - Sueltenme! - grite expulsando una fuerte corriente de aire que lanzó a todos los médicos que me rodeaban a distintos puntos de la habitación - no se me acerquen... - murmuré saliendo de la ventana para desaparecer en un destello azul para llegar a mi casa.
Al llegar, caí de rodillas en el recibidor y me vi afectada por mi reciente despertar en el hospital. Aquellos médicos me habian generado una carga psicológica aun mayor a la que tenia , por lo que acabé colapsando alli mismo y cai inconsciente con la imagen del abuelo en mi mente.
(...)
- Reiko onee chan- escuche mientras era movida por unas pequeñas manos - despierta por favor - dijo una voz muy conocida para mi, por lo que me levante lentamente y observe a mi primo adoptivo - que alivio - dijo abrazandome - creí que no despertarías - dijo comenzando a llorar, por lo que sin importarme estar en bata de hospital, le devolví el abrazo sin demostrar mis verdaderas emociones.
- No te preocupes, no moriré - le dije con una falsa sonrisa que él creyó - seré más fuerte que el abuelo, ya lo verás - le dije secando sus lágrimas para ponerme de pie - deja que me vista - le dije caminando hacia mi habitación, sacando un nuevo conjunto, el cual me habia regalado el abuelo antes del ataque.
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- listo - dije acomodando mi nuevo atuendo para ir a buscar a mi primo - que quieres hacer? - le pregunté, pero este me observo con incredulidad.
- Quiero ir al funeral del abuelo - dijo haciendome maldecir internamente por no haberlo sabido.
- ok - dije agachandome de espaldas hacia el, haciendolo mirarme con duda para luego subir a mi espalda - en marcha.
(...)
Actualmente observaba todo desde el techo de una casa, ya que no queria que me miraran con lastima, misma mirada que le lanzaban a mi primo, el cual lloraba actualmente en los brazos de Iruka. pacientemente, esperé a que todos se fueran para acercarme al altar, haciendole una ultima promesa a mi abuelo y juntando ambas manos, para que una flor de colores como el fuego apareciera. esa era una flor con los colores de la voluntad de mi abuelo y los shinobis que murieron protegiendo a Konoha. sin duda, esta seria mi ofrenda para los caidos de la aldea que tuvieran dicha voluntad.