Capítulo I

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Disclaimer. Los personajes principales no me pertenecen. Cualquier parecido de los acontecimientos con la realidad es mera coincidencia. Este fanfic está escrito con el único propósito de entretener sin ofender a ninguna personalidad o entidad. Todas las localidades presentes son una invención tanto en apariencia como en nombre, los parecidos con la realidad son casualidad. Los personajes utilizan la forma de tratamiento llamado "voseo", lo que hace que el acento de los verbos no suela calzar con el que pertenece al "tuteo" o al "ustedeo".

...

Un grito fue lo que hizo que Yixing casi dejara caer el sartén con el desayuno, un par de huevos fritos. Fue una negación angustiosa que provenía de la habitación de su amigo Kyung Soo, quien se suponía que aún seguía dormido.

—Demonios —se quejó Yixing antes de apagar la estufa y quitarse el delantal para dejarlo sobre una de las tres únicas sillas del modesto comedor.

Volvió a escuchar otro grito, furioso, entre sollozos.

«¡¿Por qué?!»

Yixing suspiró cansado y se pasó las manos por el rostro y el cabello negro. Caminó hacia la puerta vieja de madera beige. Fingió una expresión relajada y se acercó a la cama matrimonial, con sólo un individuo retorciéndose entre las cobijas por el dolor emocional. Se sentó en el borde del suave colchón y colocó una mano sobre el hombro tembloroso de Kyung Soo.

—Tranquilo, tranquilo... —susurró Yixing—. Fue sólo un sueño...

—¡Sigue estando muerto, imbécil! —vociferó Kyung Soo con la almohada contra el rostro.

—Ya lo sé —exhaló con un poco de aflicción en el pecho—. Pero ya no le duele nada.

—¡¿Y a mí qué?! —replicó irguiéndose y mirando a Yixing, con los ojos inundados en lágrimas y segados por la tristeza y el enojo—. Pudo sobrevivir de no ser porque no pude mantenerlo estable hasta encontrar un maldito donante.

Yixing tardó un par de segundos en responder. Le dolía ver cómo afectaban los recuerdos a su amigo; cómo él, después de casi dos años, todavía actuaba como si la muerte de su novio hubiera ocurrido el día anterior.

—Así que otra vez esa pesadilla ¿eh? —dijo al fin—. Ya habíamos hablado de eso. No fue tu culpa, Kyung Soo.

—No son malditas pesadillas... —contestó Kyung Soo con desgano—. Son la verdad.

—No, no es así. Kyung Soo...

Yixing no pudo continuar, ¿qué podría decirle que no le hubiera repetido decenas de veces ya? Nada. No tenía forma de convencerlo de lo contrario. Solamente cuando había días buenos Kyung Soo no parecía prestarle tanta atención a la idea, errónea, de haber provocado de manera indirecta la muerte de Chan Yeol.

Kyung Soo empezó a llorar en silencio, así que Yixing lo abrazó y acarició su espalda, sintiendo que las costillas y la columna se marcaban más de lo saludablemente aceptable. No era una sorpresa que eso ocurriera, la inapetencia era constante en él.

Era duro para Yixing mantener un equilibrio emocional a veces, porque debía continuar en la universidad, en la rama médica de pediatría, si quería hacer más que vender su cuerpo, y al mismo tiempo cuidar de su única familia. Aquel era un problema importante. Kyung Soo no podía trabajar todo el tiempo, así que él se tenía que ocupar del gasto de ambos y de pagar el alquiler del pequeño departamento. No le importaba hacerlo, ya que su amigo carecía de culpa por su estado y mucho menos le afectaba su propia profesión, la cual había escogido por gusto y no por la sola obligación. A sus veintiocho años le seguía gustando la labor. No obstante, con tantos gastos visibles e invisibles apenas le daba para subsistir.

Disyuntiva de placer & amor [Sulay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora