She loves Havana

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Bueno, amiguetas, pues os traigo un oneshot cargadito de smut porque sí. Me apetecía escribir algo así y lo he hecho casi del tirón (4000 palabras en 3 horas y poco y otras 2000 al día siguiente); unas 6500 palabritas de cosas NSFW, mucho calor, mucha humedad y mucha sensualidad. Espero que os guste <3 Y está dedicadísimo a msraquelberry 😏💜

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-Dios, cállate. Te odio. Eres insufrible. Egocéntrica. Orgullosa.- Escupía cada palabra con rabia, masticándolas, esperando su respuesta, esperando que no me desarmara otra vez.

-Si tanto me odiases no me mirarías de esa manera, canaria.- Se rió en mi cara, dándole un trago a su copa.- ¿O acaso crees que no he notado cómo te has fijado en mi culo y en mis tetas estos días en la playa?

-Te odio.- Repetí, acercándome más a ella, en un tono de voz grave y muy lentamente. Lo había vuelto a hacer. Me tenía casi comiendo de su mano otra vez. Me hacía hervir la sangre.

-No me odias, cariño. Sólo quieres cederme el control de todo esto y no sabes cómo.- Levantó una ceja y pasó uno de sus dedos por mi cara.- Reconócelo, Banana... Te pongo. Adoras que te ponga así... Estás deseando meterte entre mis piernas.- Guiñó un ojo.

-Eres imbécil.- Dije con rabia. Lo sabía. Era débil, muy débil. Me desarmaba con facilidad. Me ponía de rodillas. Sólo faltaba que la suplicara.

Dejé la copa encima de la barra y me tiré a besarla con fiereza y agresividad. La odiaba, pero porque me ponía tanto que no sabía cómo apagar el fuego que me había provocado. Estaba enfadada conmigo y con ella, pero era la única que podía domar a la pantera que había despertado en mí. Iba a tener que tragarme mi orgullo y cederle el control.

CINCO DÍAS ANTES

Había llegado a La Habana sin muchas pretensiones, y me había pasado el vuelo llorando. Lo que iban a ser unas vacaciones de desconexión y desintoxicación con el que podía considerar ya casi mi ex se tornaron en una serie de decepciones y desilusiones por parte de él. Se había olvidado de nuestro aniversario, del viaje y lo más importante: parecía que le daba absolutamente igual. Me enfadé muchísimo, le grité de todo antes de dejar el piso. Pero yo no me iba a quedar sin mis vacaciones.

Llevaba apenas un par de días en la isla y estaba hastiada y muerta de asco. El resort era maravilloso pero no terminaba de encontrar mi sitio allí. Había hecho alguna excursión cortita y el resto de los días me los pasaba de la playa a la piscina y viceversa. Todo el día en bikini y pareo, con una copa en la mano y con mucho, mucho calor, y una humedad terrible. Me había llevado algo para leer pero era incapaz de concentrarme, las altas temperaturas me nublaban la vista. Así que decidí pasarme los días que me quedaban allí pensando en nada, bebiendo mojitos todo el día y poniéndome absurdamente morena. No tenía otra cosa mejor que hacer.

El tercer día se antojaba igual que los anteriores: mismo sol, misma humedad, mismo calor. Me puse un bikini morado con el pareo blanco y aparecí por el restaurante para desayunar. Pedí fruta, café y unas tostadas con aguacate para desayunar. Me había bajado un cuaderno para apuntar las cosas que iba viendo por allí, e incluso hacer algún bocetillo. Después de que me trajeran todo, me puse a mirar al jardín del resort de manera distraída, sin fijarme en nadie. Echaba de menos a Javier, pero no era la primera vez que hacía algo así. Podía entender que era un tío ecléctico que siempre tenía mil cosas en la cabeza pero sus despistes iban cada vez a peor, y siempre relacionados con cosas mías o que involucraban a nuestra relación. Le costaba recordar mi cumpleaños y la fecha de nuestro aniversario, a pesar de que llevábamos cuatro años juntos, apenas estaba pendiente de lo relacionado con mi carrera profesional... Eso sí, tenía claro siempre todos los compromisos y fechas importantes relacionadas con su ex novia. Intentaba acallar el pensamiento de eres una cornuda pero no lo conseguía. Javier no era de ésos, o al menos lo pensaba, pero una parte de mí no estaba tan segura. Y el viaje a Cuba no había hecho más que aumentar mis sospechas.

She loves Havana // WarmiOù les histoires vivent. Découvrez maintenant