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-¿Flug? ¿qué sucede? -preguntó, acercandose un paso a él.

Y vio como el mencionado soltaba un sollozo antes de llevar una mano a su bolsa y acto seguido, la arranco de su cabeza, dejando ver sus despeinados cabellos castaños, sus cicatrices, sus orbes en lágrimas descansando sobre unas leves ojeras.

-¿¡pero qué-!?

-¡jefesito! -chilló para luego correr hacia él y abrazarlo con fuerzas. Dejando por un momento sorprendido al mayor.

Y en su pecho, comenzó a llorar con fuerza.

Sí, pensaba haber superado su sueño. Pero... no lo hizo. Porque no lo había visto a él, porque aun tenía la pequeña posibilidad de que había muerto y...

Pero no.

Su olor, su calor, su tacto, su voz... todo Black Hat estaba allí. Solo faltaba algo por sentir.

-¡je-efesito! -sollozó mientras se separaba y lo miraba con sus vidriosos orbes.

Antes de siquiera articular una palabra el de sombrero, el menor ya se había acercado a él de golpe y junto sus labios.
Era una unión entre ambos mundos:

Ciencia y fuerza.

Blanco y negro.

Humano y demonio.

Eran complementarios, tal y cómo había dicho Demencia.

No duró nada ese encuentro, esa unión entre lo dulce y lo agrio, pues lo único que quería el científico, era sentirlo vivo.

Y de paso, a él también.

-uste-ed está vivo... -murmuró el castaño mientras dejaba que sus saladas lágrimas brotaran de sus orbes.- lo-o está...

-claro que lo estoy, idiota... -murmuró Black Hat confundido.- ¿qué-?

-lo extrañé. -le interrumpió antes de volver a besarlo con desesperación por un corto lapso de tiempo.- lo lamento, lamento todo. No haberlo despedido, no haber respondido ¡lo lamen-! -un beso fue suficiente para callarlo y dejado atónito.

Y es que Black Hat perdió la poca cordura y control que le quedaba.

Deseaba probarlo desde hacía tanto, y no lo había hecho antes por el hecho de controlarse por el científico. No lo haría si el no quería. Y Flug aparece a besarlo y robarle la cordura en un beso, y el control en el otro.

Ahora le robaría hasta el alma con aquel tercer beso tan desesperado y apasionado.

Flug suspiraba entrecortado, mientras sus manos se apoderaban del cuello del mayor y este mismo dirigía las suyas a la espalda del castaño.
El científico golpeo levemente el hombro de su mayor para cuando sintió el aire ausentarse en sus pulmones, y casi con resignación se separó el de sombrero.

Ahora ambos se miraban, el castaño jadeba con fuerza y las lágrimas habían parado.

-lamenta haber matado el control. -dijo con su tetrica voz.

-Black Hat... -murmuró Flug.- lo-o necesito...

Y el villano sonrió tan... radiantemente por esas palabras.

-yo también lo necesito, Flug. -respondió.- pero más necesito mi cama, estoy cansado. -dijo con una macabra sonrisa.

-de-ebe estarlo. -comentó mientras se separaba un poco.- lo-o dejaré dormir-

-a la mierda. -lo interrumpió el mayor, tomándolo en sus brazos como si una princesa fuera.

Y Black Hat pudo apreciar el rojo rostro del científico. Pero este no dijo nada, solo se dejó llevar.
Apagaron la luz del despacho y el mayor se dirigió a su alcoba con el científico en brazos. Flug estaba sonriendo, estaba feliz, estaba aliviado, estaba...

Quítate La MáscaraWhere stories live. Discover now