karl gracias.

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Para un mapache como él, conseguir la comida que quiere era pan comido. Siempre conseguía lo que quería y la hora que lo quería. Si quería podía separar a su amo del pequeño detective. Claro que no lo aria, su amo era feliz con el detective. Por eso, ayudaría al detective para estar más cerca del escritor. Y solo quizás, se confesarían, seria novios, lo cuidarían ambos. Para él mapache eso significaba «más caricias, más comida y su amo estaría con la persona que amaba»

Él detective llevaba al mapache entre sus brazos, suspirando mientras buscaba un asiento libre, en la cafetería que había debajo de la agencia de detectives armados.    

Segundos después de haberse sentado, fue atendido por una pelirroja que conocía a la perfección. Pues todos sabían que era la novia del novato «Atsushi Nakajima». Aun cuando ellos intenten esconder su relación, no había nada que no supiera el mejor que detective de todo Yokohama. Al igual que Dazai que mantenía una relación con cierto mafioso de cabellos negros, con las finas puntas blancas de su cabellera.

Ranpo rio, al recordar cierto dicho: "del odio al amor, solo hay un paso" ese dicho quedaba perfecto en la relación de Dazai.

La pelirroja regreso con su pedido, como era de esperarse le trago algo dulce. Comió en silencio de vez en cuando le daba unos minis-pedazos al animalito. Quien se cansó de ver como actuaba el detective, mientras se preguntaba. ¿Qué había pasado con el detective, para qué le diera pedacitos de pastel?

No lo sabía, pero si sabía que aria cualquier cosa, para que Ranpo volviera a ser él mismo, aunque eso significa 'no minis-pedazos de pastel'.

Sin más él mapache cogió las lentes del detective, saliendo corriendo de la cafetería. Ranpo furioso comió el último pedazo del pastel antes de perseguir al mapache.

Karl corría, y corría todo lo que pudiese con sus cuatro patitas. Esquivando miles de personas que se metía en su camino. Llegando a una biblioteca, donde se encontraba su amo.

Salían de esa biblioteca, dos chicos uno peli plateado, con unos peculiares ojos. Otro pelinegro con las puntas de su cabellera blanca. Llevando consigo dos paquetes, aprovechando la oportunidad, haciendo zigzag para entrar a la biblioteca y sin golpearse con las piernas de los chicos.

Detrás venía él ojiverde -. ¡¿Vieron a un mapache?! -preguntó, agitado por todo el recorrido. No era normal para el correr tanto,siempre era uno de sus compañeros quienes, lo llevaban en el carro o cargabanhacia su destino.

Ambos chicos apuntaron detrás suyos, Ranpo entró en la biblioteca, sin despidieron de ellos,-Akutagawa ahora es tu turno de acompañarme a comprar un regalo para Lucy - Declaro. Empujando a su acompañante a cualquier tienda que se encuentre en su camino...

Ya adentro de la biblioteca, Buscó con su mirada al pequeño animal. Camino a unos estantes, al más cercano sacando y metiendo los libros, uno por uno. Esperando hallar al mapache...

Cansado de buscarlo, se recostó en una de las mesas. Intentado dormir un poco. Quizás y Karl se vuelve por sí solo, así vamos a comer algo dulce. ¡Pero no te voy a dar ni un pedazo, por ser un mapache malo y roba "novio"! Pensó frunciendo levemente él ceño. Hasta que una voz muy reconocida, lo llamo.

-¿R-Ranpo-san? ¿Qué haces aquí? ¿Y Karl? - Indago con sus preguntas sin fin.

Como si un balde de agua fría. Con hielo, cayera sobre él, al darse cuenta de las intenciones del mapache -. R-Ranpo-san, ¿estás bien? - con notoria preocupación de parte del escritor, se acercó quedando poco de juntar sus rostro.

Él Detective nervioso, retrocedió -. Estoy bien, y sobre Karl salió corriendo hasta aquí, con mis lentes.- Respondió. Con notoria molestia. Poe pensó en cómo animar a su detective.

Sí, su detective, hace unos meses se había dado cuenta de sus sentimientos hacia él más pequeño -. ¿Qué tal, si me acompañas a leer algunos libros? - pregunto, con su habitual sonrisa tímida. La misma que logró revolver el estómago de Ranpo, podía jurar, que tenía lo que llamaban: "mariposas en el estómago", la sensación era nueva para él, no era desagradable, pero tampoco le gustaba.

-Vamos -. Ordeno, desviando la mirada, para que el escritor no notara su, ya, muy notable sonrojo. Fracasando inútilmente. Su intento de ocultar su mirada

Poe al notar el sonrojo del menor, se preocupó, poniendo su mano derecha en la frente del menor. - ¡No toques! - Grito, alterado. Empujando levemente a su compañero. Quien retrocedió unos pasos hacia atrás. -E-es que pensé, que tenías fiebre - confeso, bajando la mirada, sintiéndose mal, por no haber animado a su compañero.

Ranpo culpable. Tomo la mano del más alto, acariciándola con su pulgar. Sintiendo la piel de seda; Que tenía el otro. Jalándolo suavemente, hacia la mesa, donde anteriormente se había recostado.

Karl los esperaba en la mesa, con un libro en su hocico. Dejándolo caer. Se acurrucó en el regazo de su dueño, dispuesto a "dormir"; Dejándole una oportunidad al detective, para que se confesara.

Poe acariciaba lentamente él pelaje marrón de su mascota. Con una leve sonrisa. Ranpo toco la mano del más alto, tomando por sorpresa al otro. Sus miradas se cruzaron, como si solo ellos dos existieran.

- Edgar... Hay algo que tengo que decirte,... Me gustas. - confeso, poniendo su mirada de ojos verdes encima del escritor. Mirando él furioso sonrojo del otro. Estaba seguro de que parecía un tomate, uno bien maduro.

Edgar balbució unas palabras sin sentidos, intentando decir algo coherente, pero su personalidad no lo dejaba, solo aumentaban sus nervios. Edogawa se le hizo tierno, la actitud del más alto.

Cansado de la situación,haciendo uso de su súper deducción, de judo todo en cuestión desegundos. Sin poder evitarlo sonrió. Tomando el rostro del más alto,plantándole un fugaz beso. «Si antes parecía un tomate maduró. Ahoraera peor que eso ». Saboreando esos delgados pero carnosos labios delescritor

Dando una leve mordida al labio inferior, sintiendo el sabor metálico en su boca, mezclado con un toque de chocolate. Introdujo su lengua, saboreando todo lo que fuera posible y que estuviera en su alcance. La falta de aire se hizo presente, separándolos unos centímetros unidos por un escaso e delgado, y transparente hilo de saliva.

-T-también me gustas, Ranpo-kun.-

Extra:

-¿Y lo hacemos? - pregunto, volviendo a acomodarse en la silla. Su mirada se clavó en Ranpo.

-¿H-hacer qué? - sorprendido por las palabras del otro, lo tomó de sorpresa, además de que el robo de su línea. - L-leer, ¿Que más haríamos? - sin poder evitarlo soltó un gran y sonoro suspiro de alivio, aún tengo oportunidad. Pensó Soltando otro suspiro, él mayor lo miraba confundido. -¿R-Ranpo-sa? .... Interrumpido. Ranpo aun aliviado hablo. - Lo sabrás más adelante. - sin más que decir, se pusieron a leer, sintiendo él calor mutuo.

___ / «♦» \ ___

Espero que les haya gustado ¡en especial un Sensei! (/ ¯ (エ) ¯) / aparte que tenía ganas de escribir un fic de ellos, aún que creó que me quedó de mierda.

Pero ya que, al menos sacie las ganas de escribir de esta pareja.

Sayonara Minna.    

karl (Ranpoe)Onde histórias criam vida. Descubra agora