Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra.

Capítulo 2.

       

-Aquí tenéis señorita,hoy ha sido un día difícil para vos. La sirvienta colocó el calentador bajo de mis mantas.

-¿Cómo te encuentras Valerie?. Elizabeth entró a la habitación y se colocó al lado de mi cama.

-Estoy bien Lizzy, dejad de preocuparos tanto por mi, sigo viva. Estaba de acuerdo en que no había sido un día para nada normal, pero estaba harta de cuidados excesivos por parte de todos.

-Val, caiste por un acantilado al mar y un pirata amenazó tu vida, deja que me preocupe por mi hermanita. Dicho esto, acarició mi cabello y su mirada me dijo que necesitaba saber que estaba bien.

-Irónico, me salva para luego usarme y huir. No podía negar que estaba interesada en saber que había sido de aquel pirata, desde pequeña tanto a Lizzy como a mí nos interesaban esas historias y el haber estado en contacto con uno hoy , hacía que mi curiosidad despertase. –Pero bueno hermana, háblame de tu charla con el comodoro.

Lizzy resopló pero sació mi curiosidad.

-Sospechaba que el comodoro me propondría matrimonio, pero admito que no estaba preparada para ello.

-Asi que el comodoro os a propuesto matrimonio, imagináos y ese si que es un buen partido, si me permitis el atrevimiento. Nuestros ojos viajaron a la sirvienta que nos contemplaba mientras terminaba de arreglar mi cama.

-Si es un buen partido. Al decir esas palabras mi hermana agachó la cabeza, sabía que lo se hacía gracia alguna ese matrimonio. –Es un hombre admirable, cualquier mujer soñaría con casarse con él.

-Aunque ese Will Turner, también es un hombre admirable.

Lizzy miró a la sirvienta sorprendida.

-Eso sí es atrevido.

-Perdonadme Señorita, no es asunto mío. Dicho eso, se retiró dejándonos a las dos solas.

-Toma Lizzy, creo que no soy la mejor para guardar esto. Me deshice del colgante y se lo volví  a entregar. –La primera vez que me lo pongo y acabo cayendo por un acantilado, estará mas seguro contigo.

Elizabeth lo cogió entre sus manos y me sonrió.

-Me alegra mucho ver que estas bien Valerie.

En el momento en el que Elizabeth volvió a estrecharme en sus brazos, oímos el sonido de los cañones. Rápidamente salimos a ver que ocurría al balcón y lo que vimos fue horrible, un barco camuflado por la niebla atacaba la ciudad y un grupo de piratas se disponían a entrar dentro de casa. Tanto Lizzy como yo corrimos al escuchar golpes en la puerta.

-¡No!. Un mayordomo abrió la puerta, visualizando el grupo de piratas.

-Hola amigo. Un pirata que solo poseía cabello a los costados sacó una pistola y disparó al mayordomo.

Un grito salió de nuestras gargantas, cuando el pirata que había disparado y su compañero más flaco y alto nos vieron.

-Ahí arriba. El más alto nos señaló y Elizabeth y yo salimos corriendo dirjiendonos a mi habitación.

-Señoritas, han venido a secuestraros. La criada de antes nos cogió un brazo a ambas.

-¿Qué?. No entendía que querrían unos piratas de nosotras.

-Sois las hijas del Gobernador. De pronto la puerta empezó a ser golpeada y nos soltamos de ella.

-Escucha no te han visto, escóndete y en cuanto puedas corre hacia el fuerte. Elizabeth dejó a la sirvienta y ambas corrimos a la habitación de al lado.