End Of The World (Myungyeol)

Despedida

•18•

Todos cooperaron para velar el cuerpo de Myungsoo, el negro abundaba entre las ropas de los presentes, habían discutido entre todos el si debían hacerlo cenizas o si debían enterrarlo, finalmente el hacerlo cenizas ganó peso pues sabían perfectamente que si Myungsoo pudiese decírselos les diría que se negaba a atentar contra la tierra con un ataúd más en el mundo, Myungsoo no tenía muchas cosas, pero nuevamente entre todos decidieron que debían hacer con ellas.

-Creo que deberíamos regalarlas.

-Dongwoo son las cosas de Myungsoo.

-Lo sé Kyu pero creo que eso le gustaría a él.

-¿Y si las repartimos entre nosotros?

Murmuró una muy triste Lisa.

-Digo... éramos sus amigos ¿no?

Woohyun asintió suavemente conforme dejaba reposando la urna de cenizas frente a todos a las afueras de la funeraria. Había asistido tanta gente, Sungyeol jamás creyó que tantas personas le querrían.

-Me parece una excelente idea.

Murmuró Sungyeol mientras sonaba su nariz, sonriéndoles conforme asentían.

-Yo digo que debemos pasear a Myungsoo por todos los lados que le gustaban en la camioneta antes de ver donde regaremos las cenizas digo creo que a él le encantaría eso.

Todos se miraron, sonriendo y asintiendo conforme escuchaban a Woohyun.

-Yeol, ¿te dieron la ropa de Myungsoo?

Este asintió conforme abrazaba la bolsa de plástico con la ropa que llevaba Myungsoo el día del accidente, sonriendo conforme miraba a Sungjong.

-¿Puedes traer la camioneta?

-¿Cómo sabes que la tengo yo?

Sungyeol sonrió amargamente y le devolvió la fría mirada al chico de cabellos púrpuras.

-Intuición.

Sungjong solo sonrió conforme sacaba las llaves de su bolsillo, indicándoles a todos que le siguieran.

-Está en el estacionamiento del hospital.

Todos fueron caminando hasta el hospital, contando pequeñas anécdotas de Myungsoo mientras reían a plena luz del día.

-Te toca de nuevo Lisa.

Dijo un muy animado Woohyun.

-Mmm, una vez le dije a Myungsoo que había un chico que me gustaba mucho y que me había invitado a salir, le pedí consejos de como les gustaba a los chicos que nos viéramos, él me tejió un par de pequeñas trenzas en el cabello con plumas y piedras, le gustaba hacer eso con nuestro cabello, ¿cierto Kei?

Está asintió mientras sonreía, dejando que un par de lágrimas escapasen mientras caminaban por la calle.

-Me dijo, ahora ve y luce tu belleza y tu actitud niña, recuerda que eres hermosa seas como seas, si él lo niega entonces ven acá que yo te cantare toda la noche.