—Es un desorden, no se como la persona del otro lado puede aguantarlo.
—Joven Kim, para hacer el cambio de casillero se necesita hacer una prueba de 2 semanas.
—¿Prueba?
—Así es, el candidato escogido y tu pasarán dos semanas en los casilleros cambiados como prueba, si el candidato escogido no le agrada el lugar, entonces el cambio permanente no va a poder proceder.
—Bueno, entonces creo que seguiré ahí por todo este tiempo.
—Joven Kim mire, para esto se escoge un candidato ideal que acepte un problema que usted no, me ha tocado ver varios casos y no te mentiré, algunos logran cambiar de lugar y unos simplemente se quedan porque ya se han acostumbrado a su vecino.
—Es algo que no me pasará, es que, ¿quién se arriesgaría a tener de vecino a alguien como Lucas?
—Director— Se escucho una voz chillona desde la puerta —¿Puedo pasar?
—Adelante Señorita Son, ¿en qué le puedo ayudar?
—Bueno, vengo porque supe el problema de JungWoo y bueno, se qué hay una regla sobre el cambio de casillero y pues, estoy dispuesta aceptarla.
—Señorita Son, que considerada, ve joven Kim, que piensa usted sobre esto, ¿toma las dos semanas de prueba?
Esta chica de nuevo. Le estoy dejando mucho, pero con tal de no verle la cara a Yukhei todos los días...
—Si ella está dispuesta a tomarla entonces yo igual.
SeulGi POV
Fui a mi casillero a guardar mis cosas, mientras veía el que estaba a mi lado, adiós Chaeyoung, hola JungWoo.
Estaba tan emocionada de tener a JungWoo como vecino, tenerlo como compañero de clase no me era suficiente, alguien como él no debería estar en este mundo.
Saque mi celular y comencé a ver los mensajes que mandaban las chicas del grupo chat sobre BL, me encanta.
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—¿De nuevo viendo tus porquerías, Legolas?
La voz chillona de ChaeYoung me sacó de mis pensamientos.
—No sabía que las moscas hablaban— Dije en voz alta sin dirigirle la mirada.
—Mira niña— dijo la cabeza de hongo —las cosas no van a cambiar, resígnate a todo, si nadie te habla es por algo ¿no crees? Te diría que dejarás de ser una rarita pero estoy pidiendo cosas imposibles.
Y la perra seguía y seguía.
La escucharía pero estoy demasiada cansada de sus sermones, prefiero entrar a clase de matemáticas mil veces que escuchar sus intentos de fastidio hacia mi persona.
