Laith (Klance)

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Las noches siempre eran demasiado silenciosas para su gusto. Antes, en la Tierra, las apreciaba muchísimo y disfrutaba enormemente de pasar un rato a oscuras en su habitación, observando por la ventana el infinito cielo estrellado y dejando su mente divagar en mil y un asuntos diferentes. O simplemente dejando la mente en blanco. Era algo que agradecía después de tanto bullicio en su sobre habitada casa.

Incluso en Garrison, había noches en las que prefería perder alguna que otra hora de sueño, en honor a un poco de tiempo para pensar en algo más allá de las clases y los entrenamientos.

Pero, en el momento que vivía, había ocasiones en las que resentía ese silencio. Ahora que estaba perdido en mitad del eterno espacio, lejos de su familia y teniendo que luchar en una guerra de la cual no tenía constancia hasta hace medio año, no podía evitar el sentir esa calma como si de un peso se tratase. Ya no buscaba estar despierto para disfrutar de esos instantes, sino que eran estos mismos los que le perseguían y no le permitían descansar.

A pesar de los duros entrenamientos y el ajetreo constante, muchas veces su cuerpo se negaba a desconectar. No quería cooperar con su agotada mente.

Y, por esa razón, se encontraba en ese preciso momento en la sala común, sentado sobre uno de los sofás, las piernas cruzadas y su cuerpo cubierto con una manta. A oscuras y con la mirada perdida en la amplia ventana frente a él, en donde podía contemplar una porción de ese firmamento infinito en el que vivían ahora.

No sabía cuánto tiempo llevaba allí, ni estaba seguro de querer saberlo. Su único deseo era caer dormido en algún punto y dejar que esos pésimos y tristes pensamientos que le asaltaban, se diluyesen con rapidez en su mente.

-¿Lance? ¿Qué haces aquí y a oscuras?- cuestiona una voz a sus espaldas y solo entonces sale de entre sus pensamientos, con un ligero sobresalto y girándose precipitadamente para ver a la persona en cuestión.

Keith.

A pesar de verle a contra luz, reconocería esa silueta en cualquier parte y habría reconocido su voz al momento de no haber estado tan abstraído.

-No es...- empieza a decir, cortándose antes de continuar con una obvia mentira. Mordiéndose ligeramente el labio inferior, desvía la mirada del susodicho y vuelve a fijarla en la ventana. No quiere mentirle al otro, ya no. Suspirando, cierra los ojos mientras responde- No puedo dormir. No puedo dejar de pensar en... la Tierra, en mi familia y... en muchas otras cosas más.

Agachando la cabeza, vuelve a abrir los ojos un par de segundos después y fija su mirada en sus manos, esperando por una respuesta. Pero esta no llega después de unos cuantos segundos más.

La única pista que tiene para saber que sigue allí con él, son los suaves pasos del otro retumbando ligeramente en ese apabullante silencio, haciéndole saber que se está acercando. Corroborándolo cuando nota la acolchada superficie del sofá hundirse a su derecha y capta el movimiento por el rabillo del ojo. Aun así, no se siente con fuerzas de alzar la mirada, no cuando no quiere que lo vea así.

-Sé que es una tontería pero–

-No es ninguna tontería, Lance. Es normal que extrañes todo eso. Es tu vida- le interrumpe antes de que pueda seguir por senderos más oscuros- No puedo decir que entienda completamente cómo te sientes, no es algo que yo... bueno, no he tenido lo que tú, pero sé que no debe ser fácil.

Un jadeo frustrado escapa de sus labios antes de que pueda detenerlo, llevando una de sus manos a su pelo, pasándola por este con algo de brusquedad.

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⏰ Última actualización: May 16, 2019 ⏰

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